Por: Cristina Martínez Hernández / Asesoría, Capacitación y Consultoría en Recursos Humanos (ACCrh) / cmartinez_accrh@hotmail.com
Lo peor que podemos hacer es negar la crisis, y continuar como si nada hubiera ocurrido apostándole a la “normalidad”, será mejor reconocer que hay un estrés colectivo y atenderlo, esta puede ser una oportunidad para crecer, para lo cual se requiere generar un proceso en el que se expresen, se identifiquen y se exterioricen los pensamientos, sentimientos e imágenes de la experiencia que desencadenó la crisis[1].
En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta ese momento. Muchas personas al enfrentarse a una desgracia o un trauma dejan que éstas los rebasen. Pero hay otras personas que no permiten que las situaciones los superen; ellas toman esta actitud de sobreponerse y llevarlo a un nivel superior, transformando ese trauma en algo positivo, es decir, que ese problema los ayuda a desarrollar recursos que no sabían que poseían para sobrevivir y salir adelante.
A la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad se le llama resiliencia.
La palabra resiliencia proviene del latín resilio, que significa volver atrás, dar un salto, y hace referencia a la capacidad de un material que le permite recuperar su forma o posición original después de ser sometido a una fuerza de doblado, estiramiento o compresión.
En ingeniería se hacen continuamente ensayos de resiliencia para calcular la facilidad o no de deformarse de miles de materiales metálicos, plásticos, maderas, etc. Se prueba su amortiguamiento y su porcentaje de recuperación. Si vamos sometiendo a un material cada vez a más fuerza, y el material no se rompe ni deforma permanentemente, su resiliencia irá aumentando. Si dejamos de aplicarle la fuerza la energía absorbida la liberará para volver a su estado o forma inicial.
El término lo han adoptado distintas ciencias del conocimiento, entre ellos la Psicología, en la que la resiliencia se enfoca en la metodología y actitud para promover respuestas altamente positivas ante situaciones adversas. Es la cualidad de una persona que no se desanima, que no se deja abatir, es la “capacidad de afrontar”. Se utiliza para describir las características de las personas que a pesar de nacer y vivir en condiciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanos y pueden ser socialmente exitosos.
Esta capacidad es tan antigua como el mismo hombre, muchos pueblos a través de la historia tuvieron que resurgir de catástrofes, guerras, exterminios, éstos son ejemplos indiscutibles de conductas sociales resilientes.
Entenderlo, es fácil, sin embargo, en la realidad cuando una persona se encuentra en una crisis, sea cual fuere su causa, tiende a desajustarse, a alejarse de lo que se espera de él socialmente. Una situación de crisis produce: angustia, depresión, motivaciones negativas, encierro; no sólo afecta a la persona en lo individual, también afecta su entorno familiar y hasta su entorno laboral, convirtiéndose en una persona temporalmente improductiva.
Promover la resiliencia es reconocer la fortaleza, más allá de la vulnerabilidad. Apunta a mejorar la calidad de vida de las personas a partir de sus propios significados, y sus propios recursos. Debemos ayudar a las personas a reconocer sus cualidades y fortalezas ante una situación de crisis.
No podemos anticipar cuando se presentará nuevamente una situación de crisis como las que hemos vivido en septiembre, pero si podemos anticipar la mejor manera de enfrentar una situación así cuando ocurra.
La resiliencia es una característica positiva y adaptativa que tienen los seres humanos ante acontecimientos traumáticos, estresantes o dolorosos.
No podemos cambiar las circunstancias, pero sí nuestra respuesta ante las circunstancias.
La resiliencia es un proceso dinámico de aprendizaje e interacción de la persona con su entorno. Las personas que suelen ser más proactivas en la resolución de problemas, más eficaces, más flexibles y sociables, son capaces de construir su vida reforzando sus experiencias positivas y mostrando control ante los acontecimientos negativos, ya sean cotidianos o extraordinarios.
Hay que entrenar a las personas para enfrentarse positivamente a experiencias estresantes de las situaciones de crisis, lo que los capacitará para responder con más agilidad ante una situación de crisis. Específicamente en esta ocasión nos referimos a una situación de crisis ante sismos de gran magnitud como los ocurridos recientemente.
En una conferencia realizada a principios del mes de octubre en la Facultad de Química, de la UNAM; Carlos Valdés González, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM y Director General del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED); recomendó establecer planes familiares y laborales de protección civil.
Protección civil desde casa: “Es importante tener una mochila de emergencia con latas que se abran fácilmente, agua, un botiquín, una linterna, un impermeable y una USB con los documentos principales escaneados (actas de nacimiento, pasaportes, credenciales y escrituras de la vivienda, por ejemplo)”. De igual manera, sugirió incluir en esa memoria externa fotografías recientes de cada integrante de la familia, incluidas las mascotas, para usarse en caso de que haya algún desaparecido.
Elementos a observar: En todos los lugares a los que acudimos hay que saber en dónde están las salidas de emergencia, que no siempre saltan a la vista.
Recomendó establecer planes familiares y laborales de protección civil. Realizar ejercicios entre los grupos de las oficinas y repetir los simulacros con mayor frecuencia en todos los ámbitos.
Las siguientes son recomendaciones generales que se han difundido para enfocarnos en la prevención ante un sismo:
Cómo actuar ANTES de un sismo (Prevención)
- Conocer las áreas de seguridad internas y externas tanto en sus domicilios, oficinas, escuelas, o lugares que frecuentes.
- Ubicar las zonas de escape y de seguridad de cada lugar en que nos encontremos.
- Revisar la estructura de tu casa u oficina.
- Retirar de los bordes de los techos y balcones objetos como macetas, maderas u otros, que pudieran caer durante un sismo.
- Retirar los objetos pesados ubicados en partes altas de estanterías, libreros, roperos o armarios.
- Mantener en lugar seguro toda sustancia química que pueda ser peligrosa y que pudiera derramarse en caso de sismo.
- Tener siempre a mano un pequeño botiquín, una linterna y un radio de pilas, si es posible.
- Tener a la mano llaves y teléfonos celulares cargados, y medicinas personales que estemos usando como parte de un tratamiento.
- Tener a la mano, chamarras ligeras y cobijas pequeñas, y un par de calcetines para cubrirse del frio.
- Tener en casa un pequeño stock de alimento con vencimiento vigente ya sea enlatado que pueda abrirse fácilmente, y alimento que pueda transportarse como galletas y botellas de agua.
- Tener en casa a mano dos rollos de papel de baño guardados en bolsas individuales, y toallitas húmedas de bebe que pudiéramos utilizar.
- Ubicar lugares y puntos de reunión para las familias en caso de encontrarse fuera de su domicilio cuando ocurriera un sismo (donde nos vamos a reunir si no tenemos manera de comunicarnos).
Cómo actuar DURANTE un sismo
- En lo posible evitar el pánico y mantener la calma y tratar de transmitirla a los demás.
- Mantenerse alejado de vidrios, ventanas y objetos que puedan caer encima
- Si se está en un edificio no utilizar elevadores, usar siempre la escalera y bajar sin correr para no tropezar.
- No salir corriendo en zona de paso vehicular por riesgo a ser atropellado.
- Si se está manejando orillarse y detener el vehículo.
- No encender cerillos, velas, ni cigarros, ya que podría haber fugas de gas.
- Utilizar linternas a pilas.
- Estar atentos a menores de edad, minusválidos y personas de la tercera edad.
- Acudir a las zonas de seguridad ya establecidas.
Cómo actuar DESPUÉS de un sismo
- Confirmar si tú o la gente a tu alrededor está herida.
- Apoyar en medida de lo posible a víctimas y afectados por el sismo.
- Apagar el sistema eléctrico y de gas hasta que se revisen las instalaciones.
- Controlar si se han producido incendios o situaciones que puedan provocarlos.
- Antes de reingresar al domicilio u oficina hacer una revisión de posibles daños en su estructura.
- Atender y colaborar con las autoridades y sus indicaciones.
- Recuerda que cuando ocurre un sismo de magnitud siempre se esperan replicas.
Se debe estar consciente que vivimos en un lugar con riesgo de sismos, y que éstos no son predecibles, por lo que es importante no difundir mensajes que fomenten el pánico.
La prevención en un ambiente laboral debe atender las indicaciones de protección civil aplicables al tipo de empresa de que se trate, la localidad en la que se ubica, y las circunstancias particulares de sus dimensiones, instalaciones, equipamiento, tipo de trabajo, y personal con que cuenta.
Necesitamos aprender a conocer y reaccionar ante fenómenos inesperados de la naturaleza y a descubrir dentro de nosotros mismos y en los demás la importancia de la fortaleza y capacidad de sobreponernos ante las dificultades[2].
Soltemos la preocupación, y trabajemos en la prevención y en el desarrollo de la habilidad de la resiliencia.
ACERCA DE LA AUTORA
Cristina Martínez Hernández es Licenciada en Psicología del Trabajo por la U.N.A.M., y es instructor y administrador en capacitación del personal en las organizaciones, tanto a niveles operativos como de mandos medios y ejecutivos, estando acreditada ante la STPS como Instructor Externo Independiente.
Ha desarrollo proyectos en: Administración del recurso humano; impacto de la capacitación; formación de equipos de trabajo; certificación de competencias laborales; sistemas y procesos de trabajo; programas de auditoría interna y certificación en sistemas de calidad (ISO 9000); entre otros. Así mismo, ha desempeñado diversos cargos en empresas como Laboratorios Fustery, Pharmaceutical System y Roche-Syntex. Actualmente es Gerente de Desarrollo de Proyectos en el despacho ACCrh (Asesoría, Capacitación y Consultoría en Recursos Humanos).
Correo: cmartinez_accrh@hotmail.com
[1] Tomado de: Un apapacho para continuar: Actividades para desarrollar en aula después de una situación de desastre
Amilcar Saavedra Rosas, Carolina Aceves Sosa, Elizabeth Méndez Pintor, Ricardo Secundino Méndez
Edita: Movimiento de Cooperación Pedagógica. 24 de Septiembre de 2017, CDMX.
[2] Tomado de “El bostezo de la tierra”, Mariana Acosta, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2010, Chile.