Por: Jesús González / KPMG / asesoría@kpmg.com.mx
De acuerdo con la “Encuesta sobre Informes de Responsabilidad Corporativa 2017” (KPMG Survey of Corporate Responsibility Reporting 2017), realizado por KPMG International, solo 28% de las grandes y medianas compañías a nivel mundial reconocen los riesgos financieros del cambio climático en sus informes financieros anuales; de este porcentaje, únicamente 4% de las organizaciones proporciona a los inversionistas un análisis del posible valor de negocio en riesgo,.
En su décima edición, la encuesta analiza los informes financieros y de Responsabilidad Corporativa (RC) de las 100 principales compañías (N100[1]) por ingresos en 49 países: un total de 4,900 compañías, número récord desde su primera edición en 1993; y realiza un comparativo de las 250 compañías más grandes del mundo (G250[2]).
Este análisis es posiblemente la descripción más completa de las tendencias en informes de Responsabilidad Corporativa en todo el mundo. El aumento en la regulación global, así como la integración de informes de RC es la nueva normalidad: los temas que antes eran considerados “no financieros” ahora sí lo son. Informar el impacto del cambio climático, así como otros impactos ambientales/sociales del negocio, y no solo estadísticas, es la tendencia global.
Principales tendencias globales
Este año, la región de Américas se ubica en la primera posición global: la presencia de informes de RC ha incrementado 6% en los últimos dos años. Esta tendencia a la alza se debe, principalmente, a los números reportados en México, donde las tasas han aumentado del 58% en 2015 al 90% en 2017, impulsadas por el cambio regulatorio en este país. Esto se ha complementado con un crecimiento de 5 puntos porcentuales en Colombia y Estados Unidos, y con tasas ya altas en Brasil.
Las tasas de informes de RC en Asia-Pacífico se han estabilizado después de un aumento de 8% entre 2013 y 2015. Varios países con las tasas de notificación de RC más elevadas del mundo, como Japón, India, Malasia y Taiwán, se encuentran en la región de Asia-Pacífico.
Hay que destacar que solo se detectaron cinco países alrededor del mundo en los que la mayoría de las 100 compañías analizadas hace mención de los riesgos financieros relacionados con el cambio climático en sus informes financieros: Taiwán (88%), Francia (76%), Sudáfrica (61%), Estados Unidos (53%) y Canadá (52%). En la mayoría de los casos, la revelación del riesgo relacionado la impone o la fomenta el gobierno, la bolsa de valores local o el órgano regulador correspondiente en estos países.
Al considerar específicamente el listado G250, el reconocimiento público del riesgo financiero relacionado con el cambio climático es más común (48%), aunque dista mucho de ser universal. Las multinacionales de origen francés están a la cabeza con un 90%, seguidas de las principales compañías con sede en Alemania (61%) y Reino Unido (60%).
México, con pasos firmes y ganando terreno
En México, los cambios normativos por innovación bursátil y de los inversionistas han impulsado un salto en las tasas de emisión de informes. En 2013, el gobierno aprobó la Ley General sobre Cambio Climático que requiere que las compañías emitan un informe sobre sus emisiones de carbono, que se implementó entre 2015 y 2017. De acuerdo con el análisis realizado, vemos que México pasó de 58% en 2015 al 90% en 2017; principalmente debido a que la Bolsa Mexicana de Valores también ha introducido índices de sustentabilidad, en los que muchas compañías están interesadas en unirse para obtener nuevos inversionistas y acceso a nuevo capital. Para unirse, las compañías deben generar informes de sustentabilidad.
Los inversionistas/fondos de inversión extranjeros piden cada vez más la emisión de informes de sustentabilidad. En conjunto, estos factores han creado un nuevo ambiente en el que ha florecido la emisión de informes de sustentabilidad.
Resulta alentador que compañías grandes en México estén implementando la sustentabilidad como estrategia de negocios a largo plazo; sin embargo, el desafío real radica en convencer a las firmas pequeñas y medianas -99% de todas las compañías en el país- que la sustentabilidad es un deber para la administración de riesgos y la obtención de ganancias a largo plazo; la sustentabilidad es mucho más que altruismo y/o no querer contaminar.
Día a día se incrementa en las empresas la presión por intensificar su labor de revelación de riesgos e impactos ambientales/sociales a sus cifras financieras y sus utilidades. Algunos inversionistas ya están asumiendo la postura firme de solicitar esta información; algunos países están considerando la regulación para hacerlo obligatorio y algunos reguladores financieros han advertido que el hecho de no identificar ni administrar el riesgo climático representa una violación del deber fiduciario de un Consejo. De acuerdo con este contexto, invitamos a las empresas a moverse más rápido. Las que no lo hagan, muy pronto podrían empezar a perder inversionistas y a descubrir que el costo del capital, y cobertura de seguros sube con rapidez. De igual forma, vemos que la preferencia de compra y gestión reputacional del negocio se ve afectada por estos temas.
Vinculación de actividades al reportar
La encuesta muestra que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han tenido un gran impacto en las empresas de todo el mundo desde su lanzamiento (menos de dos años). Alrededor de cuatro de cada diez informes de RC de las empresas N100 (39%) y G250 (43%) establecen una conexión entre las actividades de RC de la empresa y los ODS. Esta es una tendencia clara que ha surgido en un corto espacio de tiempo y sugiere fuertemente que los ODS tendrán un perfil creciente en la presentación de reportes de RC durante los próximos dos o tres años.
Sin embargo, dos terceras partes de los informes (67%) del G250 revelan objetivos para reducir las emisiones de carbono de la compañía. Sin embargo, la mayoría de dichos informes (69%) no alinean los objetivos de la compañía con los objetivos climáticos que establecen gobiernos, autoridades regionales (como la Unión Europea) o la ONU.
Concluyendo, no solo empleados, comunidades y ONGs tienen interés por los problemas de responsabilidad y sustentabilidad corporativa. También los inversionistas y fondos de inversión tienen cada vez más conciencia de que los temas, antes considerados “no financieros”, pueden tener un efecto importante en la capacidad del negocio para crear y proteger el valor en el corto y largo plazo. Por lo tanto, las compañías necesitan comprender las últimas tendencias en la emisión de informes, gestión de riesgos y evaluación de su estrategia, para garantizar que sus acciones tanto en acción como revelación, son valiosas para el negocio, tanto en el presente como para su futuro.
ACERCA DEL AUTOR
Jesús González, Socio de Asesoría en Sostenibilidad, Gobierno Corporativo y Administración de Riesgos de KPMG en México. Participó dos años en la oficina de KPMG en Nueva York y ha liderado proyectos en España, Cuba y Chile. Jesús ha asesorado a empresas de diversas industrias en mejora y reingeniería de procesos, reducción de tiempos y costos, implementación de sistemas de eficiencia y control, administración de riesgos, control interno, procesos de autocontrol, Sarbanes-Oxley, gobierno corporativo, desarrollo sustentable y diseño e implementación de sistemas BPM (Administración de Procesos de Negocio), entre otros.
[1] N100. Se identificaron las N100 de cada país en base en una fuente nacional reconocida, o por medio de la capitalización de mercado u otra medida disponible. Todas las estructuras de propiedad de una compañía se incluyeron en la investigación: propiedad con cotización en la bolsa y estatal, privada y familiar.
[2] G250. El G250 se identificó como el grupo de 250 compañías principales que forman parte de Fortune Global 500 y que se clasifican para el 2016. No se incluyen 7 compañías en la muestra del G250 en el N100.