Por: Microanálisis. marketing@microanalisis.com
De acuerdo con las estadísticas del IMSS, derivadas únicamente de su población asegurada en los últimos años, se registran en México alrededor de 500,000 casos de accidentes y enfermedades de trabajo al año. Para la atención de estos riesgos laborales, esta institución gubernamental gasta más de 3.5 mil millones de pesos en subsidios, prestaciones, y costos directos.
Los recursos empleados para este propósito son financiados principalmente por las empresas aseguradas en forma de aumentos de la prima de riesgo, además de sanciones y multas que se aplican de acuerdo al número de enfermedades o accidentes de trabajo que suceden cada año. Los costos indirectos que se generan en los sitios donde estos ocurren se estima que suman en su totalidad entre 5 y 50 veces los gastos directos, y son derivados de la interferencia o paro total de producción, pérdida de recursos humanos, y gastos en equipos o instalaciones más seguros. Estas cifras son indicadores innegables de la magnitud económica significante de este problema, la cual jamás podrá abarcar el tremendo impacto social y dolor humano que este también acarrea.
Para minimizar la problemática de los riesgos de trabajo, el estado ha publicado la regulación laboral que es de seguimiento obligatorio para todos los centros productivos. Una de las disposiciones que se considera de mayor interés por su importancia para reducir enfermedades laborales es la Norma Oficial Mexicana NOM-010-STPS-2014, la cual pone particular énfasis en reconocer, evaluar y controlar las condiciones de seguridad e higiene en los centros de trabajo donde se manejen, transporten, procesen o almacenen sustancias químicas capaces de contaminar el ambiente laboral.
La parte medular de esta norma es proteger la salud del activo más importante que poseen las organizaciones, los colaboradores, ya que la exposición a los agentes químicos contaminantes puede conducir al deterioro de su salud, lo que tendría implicaciones económicas, legales y éticas que no son deseables por ningún empresario / administrador.
La NOM-010 indica que se debe contar con un estudio actualizado de los agentes químicos contaminantes en el cual se recaba toda la información disponible de las sustancias que se encuentran en el ambiente laboral y sobre todo a las que se encuentra expuesto el trabajador.
Este estudio tiene seis etapas principales:
El estudio de agentes químicos contaminantes del ambiente laboral se debe conservar al menos 5 años.
En este artículo, nos enfocaremos en desglosar estas seis etapas de un monitoreo ambiental de agentes químicos, y las necesidades y responsabilidades que recaen sobre las empresas y sus administradores.
- Identificación de riesgos
A pesar de no estar marcado como un paso en la NOM-010 es importante considerarlo como la primera etapa debido a que, es fundamental que el patrón tenga conciencia de que en el ambiente laboral hay agentes químicos contaminantes que ponen en riesgo la salud de los trabajadores y realice los estudios y controles necesarios, tal como se indica en la NOM-010.
La NOM-010 especifica que existe posibilidad de daño cuando el ambiente laboral cuenta con la presencia de sustancias químicas, sin embargo, no todos los riesgos son iguales y para medir la probabilidad de daño necesitamos conocer sí el área de trabajo cuenta con la presencia de uno o varios agentes químicos contaminantes y el tiempo al que están expuestos los trabajadores.
Para esto, la NOM nos pide realizar un análisis más profundo del ambiente laboral mediante un reconocimiento de los contaminantes a los que están expuestos.
- Reconocimiento de contaminantes
Puede ser realizado por el patrón o por un laboratorio de pruebas y para ello se debe contar con los siguientes datos:
- El listado total de las sustancias que se manejan por área
- Las hojas de datos de seguridad (SDS) de cada sustancia
- El listado de los trabajadores expuestos a cada sustancia
- La cantidad de cada sustancia que se maneja por día, por turno o por mes
- Listado de horas laboradas por cada trabajador expuesto
- Nombre del puesto y número de personas en el mismo puesto
El objetivo principal del reconocimiento inicial es la identificación de los riesgos presentes en el ambiente de trabajo que puedan dañar o alterar la salud o integridad del trabajador expuesto para derivar una estrategia de muestreo completa y específica a la situación. Estos datos requeridos por la NOM-010 permiten al patrón o al profesional ponderar el nivel de riesgo que presenta cada sustancia presente en el ambiente, el cual luego determina la estrategia de muestreo.
- Evaluación de riesgos
La evaluación de la concentración de los agentes químicos contaminantes deberá ser realizada por un laboratorio de pruebas que cuente con las acreditaciones y aprobaciones correspondientes, el cual determinará las sustancias a analizar, la estrategía de muestreo, los grupos de exposición homogénea y el tamaño de la muestra necesaria para caracterizar la concentración a la que se exponen los trabajadores.
El patrón debe conocer los valores límite de exposición de los materiales que se manejan en sus instalaciones, ya que es una referencia para tomar acciones de control y proteger al personal ocupacionalmente expuesto de los riesgos inherentes a la exposición de las sustancias químicas.
Como resultado de la evaluación, el laboratorio de pruebas debe proporcionar un listado de Límites Superiores de Confianza (LSC). Dependiendo de la relación del LSC de cada sustancia y su Valor Límite de Exposición (VLE – proporcionados en la Tabla I.1 del Apéndice I de la norma) se determina la vigencia del estudio.
Algo que muy pocas veces se menciona, pero es de vital importancia, es llevar un estricto control de todas las sustancias químicas clasificadas como cancerígenas confirmadas o sospechosas, con la finalidad de tener una concentración media en el ambiente laboral. Además, cuando no sea posible limitar esta concentración, se debe contar con todo el equipamiento necesario para la protección del personal expuesto.
- Control
Una de las responsabilidades que la norma atribuye al patrón es la tarea de aplicar las medidas de control que correspondan a los niveles de exposición que se encuentren en el ambiente laboral. La NOM-010 delinea 3 casos específicos en los cuales se deben implementar controles para minimizar el riesgo a la salud de los trabajadores expuestos.
En el caso que la concentración de contaminantes en el aire se considere aceptable (de acuerdo con los estándares de la norma), el patrón tiene la responsabilidad de dar seguimiento a las medidas de control que actualmente se estén utilizando.
En caso de que la concentración de contaminantes supere un nivel aceptable, el patrón debe adecuar o implementar medidas de control técnicas y/o administrativas para reducir la exposición de los trabajadores a esas sustancias hasta llegar a un nivel aceptable.
De acuerdo con las especificaciones de la norma, los agentes químicos contaminantes del ambiente laboral se deberán muestrear nuevamente una vez que los controles de ingeniería hayan sido aplicados, a fin de constatar si disminuyó su concentración por debajo del valor límite de exposición.
La norma también exige al patrón muestrear las sustancias químicas de acuerdo con el periodo de muestreo y evaluación de acuerdo a la concentración presente en el ambiente, y practicar exámenes médicos específicos al personal ocupacionalmente expuesto para medir su respuesta biológica y protegerlos de enfermedades a largo plazo.
- Monitoreo biológico
Dado que la evaluación ambiental llevada a cabo para determinar el nivel del riesgo a que se sujetan los trabajadores por su exposición a contaminantes químicos es una valoración general que no representa la enorme variabilidad ambiental, y aún menos la respuesta individual de los trabajadores que se exponen a ella, los especialistas han desarrollado una actividad complementaria a la evaluación ambiental que se denomina Monitoreo Biológico.
El monitoreo biológico es una actividad que se indica en los ordenamientos dados en cada norma laboral en el capítulo definido para la conservación de la salud y por ende de necesario seguimiento en las empresas para alcanzar el total cumplimiento regulatorio.
El monitoreo biológico contribuye a la acción primordial de valorar y vigilar el estado de salud de los trabajadores, para detectar alteraciones tempranas e identificar las susceptibilidades a los contaminantes químicos del ambiente laboral. El riesgo de que ocurran alteraciones a la salud de los trabajadores cuando se exponen a condiciones anormales del ambiente de trabajo es función de tres variables: las características de la anormalidad ambiental, la magnitud de la exposición a la anormalidad, y la respuesta individual. Aunque el monitoreo ambiental cubre los dos primeros puntos, sin un programa efectivo de monitoreo biológico, la tercera variable, y la más compleja, queda abierta.
Contar con la opinión de un médico ocupacional nos ayuda a promover acciones que permitan minimizar la probabilidad de la existencia de alteraciones en la salud e integridad de los trabajadores, y que con su participación los trabajadores efectivamente desempeñen sus puestos de la forma más eficiente y productiva.
El monitoreo biológico y la participación de los médicos de empresa es un tema extenso y apasionante por lo que hablaremos más a detalle en un próximo escrito.
- Capacitación
Además de tener controlado y monitoreado el uso de las sustancias químicas, se debe contar con un programa de capacitación en el cual se le proporcione a los trabajadores por lo menos cada 12 meses:
- Información sobre las propiedades de las sustancias químicas.
- Los efectos y peligro a la salud por la exposición a estas.
- Mejores prácticas y manejo correcto de las sustancias químicas.
En conclusión
En conclusión, la NOM-010-STPS-2014 nos recuerda que la exposición laboral a los agentes químicos puede conducir al deterioro de la salud de los trabajadores, y es responsabilidad de las empresas el realizar las actividades que minimicen el riesgo de que ello ocurra.
Dentro de las acciones que de manera más frecuente se aplican para obtener la información para la toma de las decisiones que conduzcan al control, se mencionan los monitoreos ambientales, como el de la NOM-010, para valorar las concentraciones o niveles a los que los trabajadores se exponen en el desempeño de sus puestos.
Sin embargo, aunque la evaluación de la exposición ambiental es una actividad de innegable utilidad entre otras para el control del riesgo, las mediciones ambientales son solo un indicador general de los valores reales a los que cada trabajador se expone. Por este motivo, resulta necesario complementar estos estudios con los conocidos como de monitoreo biológico.
Dado que lo más recomendable para garantizar la mayor probabilidad de éxito en el proceso de conservación de la salud es contar con los mejores elementos que permitan la más alta certeza, se considera justificada la realización de estos estudios con que se podrán aportar datos y evidencias que con ello aseguren una más eficiente y satisfactoria participación profesional en el complejo problema de la conservación de la salud del personal.