Desde que Donald Trump inició su carrera hacia la presidencia de los Estados Unidos, su discurso ha estado plagado de un profundo nacionalismo que se creía obsoleto en un mundo globalizado pero que encontró eco en los electores. Además de su ferviente campaña antiinmigrante, uno de sus argumentos principales se centra en que México ha sido el único beneficiario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés), y por tanto que buscará renegociar o sacar a Estados Unidos del mismo.
Trump asegura que “la globalización acabó con la clase media”, que “México tiene nuestros trabajos”, señalando que en los últimos 20 años, tiempo que lleva el TLCAN en vigor, 60 mil fábricas de los Estados Unidos han cerrado, apelando a los millones de empleos que han perdido en la industria manufacturera desde la firma del tratado, empleos que, según Trump, han migrado hacia México donde el salario mínimo de un trabajador es casi la mitad de lo que ganaría un estadounidense en una hora.
Así pues, el ahora presidente electo de Estados Unidos busca renegociar el TLCAN, “Voy a decir a nuestros socios de NAFTA que tengo la intención de renegociar inmediatamente los términos del acuerdo para conseguir un mejor trato para nuestros trabajadores. No quiero decir solo un poco mejor, quiero decir mucho mejor”, e incluso ha señalado que si México no quiere negociar el tratado, habría de impulsar la salida de su nación de dicho acuerdo, e incluso de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Pero, ¿qué tan ciertas son la aseveraciones de Donald Trump? En medio de la incertidumbre, las dudas sobre el futuro de la relación bilateral flotan en el ambiente, y ante ello el pasado mes de noviembre en Nueva York se llevó a cabo un panel durante la reunión anual de inversionistas de Fibra Uno, uno de los más grandes fideicomisos de inversión en Bienes Raíces, cuyos oradores invitados fueron Carla Hills y Herminio Blanco, responsables hace más de 22 años de la negociación por parte de Estados Unidos y México del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Carla Hills, negociadora en jefe de EU de ese acuerdo, advierte que si el presidente electo, Donald Trump, insiste en cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), “ocasionará que Estados Unidos pierda cinco millones de empleos y entre en recesión económica”
Por su parte, Herminio Blanco, quien dirigiera las negociaciones por parte de México, señaló que EU no podría competir en el mundo sin las exportaciones de su vecino, poniendo como ejemplo que México le vende 20 mil millones de dólares en autopartes que las integra en vehículos que comercializa en todo el mundo, “son estas autopartes las que le permiten ofrecer precios competitivos”.
Hills destacó que se va a trabajar en mantener el acuerdo, a pesar de que Trump mencionó en campaña que era el peor que se ha firmado en la historia mundial, “Hemos pasado por una difícil diatriba política, entonces ahora quienes estamos a favor tenemos que hablar con nuestros legisladores, porque se votó con ignorancia. En las campañas no se destacaron los datos sobre los beneficios”.
Y, ¿cuáles han sido esos beneficios para los países integrantes?, la propia Carla Hills los menciona en su artículo “NAFTA’s Economic Upsides. The View From the United States”[1], aquí algunos:
- Actualmente se tiene un Mercado regional de $19 trillones de dólares con aproximadamente 470 millones de consumidores. Cerca de 6 millones de empleos dependen del comercio con México y otros 8 millones con Canadá.
- Gracias al TLCAN, cerca del 50% del comercio entre las tres naciones norteamericanas tiene lugar entre empresas corporativas, elevando la productividad de las tres economías.
- Por cada Dólar que Canadá y México exportan a Estados Unidos, hay 25 centavos de insumos estadounidenses en los productos canadienses y 40 centavos en los mexicanos. Comparativamente en productos de China solo hay 4 centavos y 2 en los japoneses.
- Se ha desarrollado entre las tres economías una cadena de suministros altamente eficiente. Diariamente alrededor de $1 billón de dólares cruza la frontera con México y cerca de $2 billones con Canadá.
- Según datos del 2013, aproximadamente el 14 por ciento de las exportaciones de Estados Unidos fueron a México, más que a Brasil, Rusia, India y China en conjunto. De hecho, México compra más bienes estadounidenses que el resto de América Latina combinados, y más que Francia, Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido combinados.
- México es el Segundo Mercado exportador más grande de los Estados Unidos.
- Se cuenta con un comercio agrícola irrestricto entre Estados Unidos y México, abriendo una amplia gama de sectores de servicios e instituyendo un trato nacional para los proveedores de servicios transfronterizos.
- Se lograron altos estándares de protección para patentes, marcas registradas, secretos comerciales y copyrights, así como protección a inversionistas a través de barreras como el contenido local que aseguran que insumos específicos son producidos domésticamente.
- El TLCAN también ha hecho que la inversión transfronteriza se dispare. Desde que se firmó el tratado, Estados Unidos es la mayor fuente de capital extranjero de Canadá, y Canadá es la quinta fuente de capital extranjero de Estados Unidos. México también ha hecho importantes inversiones al norte de su frontera desde la firma del TLCAN, especialmente en los sectores de cemento, pan, lácteos y minoristas, contribuyendo así a los empleos y los ingresos fiscales de Estados Unidos. De manera similar, la inversión de los Estados Unidos en México ha crecido sustancialmente, de los cuales aproximadamente la mitad va al sector manufacturero y gran parte de esa porción fluye a la industria automotriz.
- Estados Unidos obtiene un beneficio único de sus inversiones en Canadá y México porque un gran porcentaje de esa producción vuelve a casa como importaciones de bienes intermedios, lo que permite a las empresas estadounidenses concentrarse en la tarea más alta de ensamblar productos terminados, cabe aquí el ejemplo de Herminio Blanco sobre que México le vende 20 mil millones de dólares en autopartes a EU que las integra en vehículos que comercializa en todo el mundo
- Incremento sustancial en los viajes intrarregionales de empresarios, turistas y estudiantes. Según el Departamento de Comercio de los Estados Unidos, en 2011, los estadounidenses hicieron cerca de 12 millones de viajes a Canadá y gastaron casi 8,000 millones de dólares allí, y realizaron 20 millones de viajes a México (el principal destino de los turistas estadounidenses) y gastaron más de 9.000 millones de dólares allí. Los vecinos de Estados Unidos le devolvieron el favor, con los canadienses haciendo 21 millones de viajes a Estados Unidos y gastando $ 24 mil millones allí y los mexicanos haciendo más de 13 millones de viajes y gastando casi $ 8 mil millones.
- Los economistas están de acuerdo en que las aperturas de mercado que creó el TLCAN han generado más empleos relacionados con la exportación en Estados Unidos, que pagan un promedio de 15 a 20 por ciento más que aquellos enfocados exclusivamente a la producción nacional.
- Con 116 millones de consumidores que tienen un poder adquisitivo combinado de más de $ 1 trillón, México representa una gran oportunidad de mercado para los empresarios estadounidenses grandes y pequeños. Los mexicanos compran cerca del 11 por ciento de las exportaciones de pequeñas y medianas empresas estadounidenses, que representan más de la mitad de la creación de empleos en los Estados Unidos.
- Las exportaciones mexicanas a todo el mundo benefician a la economía de los Estados Unidos, debido a su alto porcentaje de contenido estadounidense, por cada dólar que México gana por sus exportaciones, gasta 40 centavos en los productos estadounidenses.
Como Trump y a pesar de este impresionante historial económico, el TLCAN tiene sus críticos. La mayoría de los que atacan por motivos económicos se centran en México, no en Canadá, y afirman que la alianza es unilateral: que el TLCAN es la ganancia de México y el dolor de Estados Unidos. Pero los datos económicos demuestran lo contrario, cierto es que después de 23 años el TLCAN necesita actualizarse, “Se habla de hacer cambios al TLCAN; hablo más bien de construir sobre esa base”, mecionó Hills, quien coincide con su contraparte mexicana, Herminio Blanco, en señalar que se esperaba que el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) constituyera la actualización automática del TLCAN, dado que el TPP estipula reglas de origen puntuales que no eran imaginables hace más de 20 años, y contempla la creación de un régimen comercial abierto que incluye tanto sectores tradicionales como de “siguiente generación”, entre ellos el laboral, agricultura, bienes industriales, textiles, servicios, servicios financieros, economía digital, internet, telecomunicaciones, entre otros.
La entrada en vigor del TPP implicaría la creación de una zona de libre comercio integrada por 12 países que representa cerca de 40 por ciento del PIB mundial y 25 por ciento del comercio internacional. Pero Trump ha indicado que el primer día de su gobierno dará marcha atrás en la participación de Estados Unidos en el mismo, y considerando que existe una cláusula que indica que se requiere que países que representen 85 por ciento del Producto Interno Bruto de las 12 naciones que lo integran lo aprueben para que entre en vigor, si Estados Unidos no da luz verde se quedará en el tintero.
Como apreciamos, no todos en Estados Unidos están en contra del TLCAN, sus beneficios han sido amplios y deberán considerarse en una renegociación o actualización que es más que evidente e incluso necesaria. Trump ha designado como su próximo Secretario de Comercio a Wilbur Ross, multimillonario opositor al TLCAN y destacado en el rescate de empresas manufactureras en quiebra, incluyendo el salvamento de la bancarrota del mismo Trump, y como subsecretario a Todd Ricketts, otro millonario propietario de los Chicago Cubs, cuyos nombramientos junto con el de Steven Mnuchin como Secretario del Tesoro hace pensar en la alianza de Trump, mas que con los trabajadores, será con el sistema empresarial y financiero estadounidense, ¿qué es lo que conviene a ellos?, la respuesta estará en las renegociaciones.
Podemos finalizar con lo dicho por Carla Hills en el citado artículo, “En sólo 20 años, el TLCAN ha logrado estimular una enorme cantidad de actividad económica en Canadá, Estados Unidos y México. Pero para maximizar el crecimiento futuro, las universidades norteamericanas, los think tanks y las organizaciones empresariales necesitarán educar mejor al público acerca de las tremendas ganancias que pueden derivarse del aumento de la integración económica regional. Dado que el TLCAN ha acercado a las naciones de América del Norte, no sólo desde el punto de vista económico, sino también político, cultural y social, esta es una meta que pueden y deben esforzarse por alcanzar”.
[1] Foreign Affairs, January/February 2014 Issue, from the anthology: Who benefits from trade?