La lubricación es una de las tareas más importantes en la conservación de la maquinaria; es el cimiento para construir confiabilidad, y está presente en todos los programas de mantenimiento de cualquier industria. Para que un programa de confiabilidad tenga éxito, debe estar construido sobre las sólidas bases que brinda una adecuada lubricación, pero más que centrarnos sólo en la aplicación del lubricante, se deben tomar en cuenta todos los elementos que conforman el proceso de lubricación.
Con frecuencia se entiende como lubricación la actividad de aplicar el lubricante a la maquinaria y cambiar el lubricante cuando se cree que ya no cumple con su función. En la industria por lo general se asigna esta importante actividad a personal sin experiencia y con poca o nula capacitación, un aprendiz, o la persona con menos habilidades en el grupo de mantenimiento. Muchas veces esta persona recibe entrenamiento informal, en forma empírica, de parte de sus compañeros, quienes a su vez lo recibieron de alguien con más “experiencia”, pero desafortunadamente este entrenamiento por lo general no está basado en las buenas prácticas de lubricación, por lo que esta importante parte de la confiabilidad de la maquinaria se efectúa en forma por demás deficiente. Es común también que cuando este lubricador adquiere algunos conocimientos básicos y efectúa mejor su trabajo, es “ascendido” a posiciones de mecánico reparador o alguna otra considerada de mayor importancia, dejando el puesto vacante a la espera de un nuevo “novato” del mantenimiento.
Estudios desarrollados en diferentes partes del mundo y avalados por la STLE (Sociedad de Tribólogos e Ingenieros en Lubricación, por sus siglas en inglés), establecen que más del 50% del desgaste de rodamientos (rodamientos y cojinetes) es causado por una lubricación deficiente, que el 80% del desgaste es causado por la contaminación de los lubricantes y que el 30% de los lubricantes son cambiados cuando aún pueden seguir trabajando.
El origen de este tipo de fallas tiene que ver con:
- Mala selección del lubricante
- Almacenamiento inadecuado
- Descuido en la recepción del lubricante (falta de control de calidad en la recepción)
- Manejo inapropiado del lubricante
- Deficientes prácticas de lubricación
- Carencia de un programa integral de control de contaminación
- Falta o deficiencia en las inspecciones
- Reparaciones defectuosas
- Falta de entrenamiento
- Programa de mantenimiento preventivo ineficiente o mal aplicado
- Diseño deficiente o carencia del programa de análisis de aceite
El proceso de Lubricación
La lubricación es un proceso en el cual cada uno de sus componentes debe ser tomado en cuenta y darle cabal seguimiento para que el lubricante pueda cumplir con la función que le es encomendada (Figura 1). Un lubricante bien seleccionado, almacenado de manera correcta, manipulado adecuadamente, aplicado a la maquinaria en forma limpia, conservado dentro de la máquina dentro de los objetivos de contaminación, y monitoreado correctamente por medio del análisis de lubricante hasta el momento de su disposición final, deberá por fuerza darnos un buen resultado, cumpliendo, y en la mayoría de los casos, excediendo las expectativas de desempeño, lo que al final se reflejará en una alta disponibilidad y confiabilidad de la maquinaria, reduciendo a su vez los costos y ampliando la vida de la maquinaria y el lubricante mismo.
Selección y compra del lubricante
El primer eslabón es la correcta selección del lubricante, y para esto se requiere analizar en forma individual los requerimientos de cada componente de la maquinaria, de acuerdo con sus características de diseño, las recomendaciones del fabricante de la maquinaria, las condiciones de operación, ambiente de trabajo y requisitos de desempeño.
Una vez que se ha seleccionado el lubricante correcto para cada aplicación, hay que adquirirlo. Para evitar que el área de adquisiciones compre cualquier lubricante, se deben escribir las especificaciones técnicas de cada lubricante, que reflejen todos los requerimientos definidos en el punto anterior y faciliten la tarea del comprador, disminuyendo el riesgo de adquirir productos por su precio y no por su desempeño.
Recepción y almacenamiento
La siguiente etapa es la adecuada recepción del lubricante. Debe diseñarse e implementarse un programa de control de calidad en la recepción que confirme que el producto que se está recibiendo es el correcto, comparado contra lo que se especificó y adquirió. Además de las características físicas, químicas y de desempeño del lubricante, para las cuales se requiere efectuar pruebas de análisis de aceite, debe revisarse que la presentación sea la especificada, el envase esté en buenas condiciones, los sellos herméticos, la cantidad correcta, verificar la documentación, etc.
Ya que el producto se ha verificado, debe almacenarse siguiendo las mejores prácticas. El almacenamiento del lubricante debe ser de tal forma que preserve las características del lubricante de forma que cuando se aplique a la maquinaria le brinde todo su potencial y protección. Dependiendo de la presentación en que se recibe el lubricante, deben diseñarse las áreas de almacenamiento de tal manera que se evite la contaminación del producto. Los contaminantes que amenazan al lubricante en almacenamiento son el agua, las partículas y la temperatura. Adicionalmente, el área de almacenamiento debe incorporar medidas de seguridad y ecología, sistemas de control de inventarios, equipo para el manejo de materiales, equipo de contención de derrames, y otras características básicas para conservar el lubricante en buenas condiciones y que el personal lleve a cabos sus tareas en un entorno seguro.
Manejo y aplicación
Como tercer elemento del proceso de lubricación, debe ponerse especial atención al manejo del lubricante y su aplicación a la maquinaria. Hay gran variedad de equipos modernos para aplicar el lubricante correctamente a la maquinaria, desde contenedores portátiles de diferentes capacidades hasta carros de filtración completos, que además son un importante apoyo para lograr las metas de control de contaminación del lubricante. Las actividades de manejo y aplicación del lubricante a la maquinaria deben hacerse evitando que se contamine, sin abrir la máquina para introducirlo, aplicando lubricante filtrado, de manera que todas sus características para lubricar y proteger la maquinaria lleguen con todo su potencial a los componentes de la máquina. Para ello, es posible que deban hacerse algunas modificaciones sencillas a la maquinaria que permitirán cumplir con este objetivo y entrenar al personal para la ejecución de las tareas con la nueva configuración y prácticas optimizadas.
Control de contaminación
El control de contaminación inicia desde que recibimos el lubricante en las instalaciones de la planta. Debemos seleccionar los dispositivos adecuados para almacenar y aplicar el lubricante, rediseñar la maquinaria para evitar el ingreso de contaminantes, y una vez que el lubricante se encuentra dentro de la máquina, es nuestro objetivo diseñar la estrategia de gestión que permita que se cumplan los principios básicos de control de contaminación para conseguir que se mantenga limpio, seco y fresco.
Análisis de lubricante
El análisis de aceite es utilizado para medir la efectividad en el diseño y gestión del proceso de lubricación, mediante una estrategia proactiva y predictiva que permita identificar las causas de falla y sus efectos. En esta etapa se determinan las máquinas a incluir en el programa de monitoreo de condición, se seleccionan puertos de muestreo, se determinan frecuencias de muestreo, procedimientos de toma de muestra, se determina el conjunto de pruebas, se selecciona el laboratorio, se analizan los resultados del análisis y se elabora el diagnóstico, pronóstico y se toman las decisiones correspondientes. Es muy importante el entrenamiento del personal, así como la medición del cumplimiento del programa.
Disposición ecológica
Cuando el lubricante ha alcanzado el fin de su vida útil, debe ser dispuesto de manera correcta, aplicando los principios de seguridad y protección a la ecología y medio ambiente y acatando la normatividad gubernamental al respecto. Esta es la quinta y última etapa del proceso de lubricación.
Manos a la obra
En la mayoría de las organizaciones es necesario que el programa de lubricación sea rediseñado completamente a fin de cumplir con todo lo anterior y asegurar que se encuentre dentro de los patrones de clase mundial.
Esta re-ingeniería debe iniciar con un diagnóstico o auditoría del proceso de lubricación, para analizar las condiciones actuales y localizar las oportunidades y definir las prioridades.
Con frecuencia nos referimos al lubricante como “la sangre de la maquinaria”, sin embargo, cuando revisamos la forma en la que lo manejamos, almacenamos y mantenemos en la maquinaria, debemos reconocer que no lo estamos tratando como tal.
El reto de cualquier organización que esté buscando incrementar la confiabilidad de sus activos es lograr implementar las mejores prácticas de lubricación. En nuestro caso representa adquirir el lubricante adecuado, e implementar los métodos y procedimientos para preservar su integridad durante todo el proceso, manteniéndolos limpios, secos y frescos.
Ponga manos a la obra, entrénese y entrene a todo el personal involucrado en el proceso de lubricación, identifique sus áreas de oportunidad a lo largo de cada una de las etapas, rediseñe las partes del programa que lo ameriten, prepare su máquina para la excelencia en lubricación, establezca métricas e indicadores para mantener el rumbo, registre sus logros, comparta los resultados con todos los involucrados y celebre el éxito. ¿No sabe por dónde empezar o necesita ayuda? Acérquese a los expertos. Cientos de casos de implementación exitosa y miles de profesionales entrenados nos respaldan.
Curriculum
Roberto Trujillo Corona es Consultor Técnico Senior en Noria Latín América. Es Ingeniero industrial y técnico en mantenimiento industrial, egresado del Instituto Tecnológico de León, Gto. México. Está Certificado como Analista de Lubricantes de Maquinaria Nivel III y Técnico en Lubricación de Maquinaria Nivel II por el ICML (International Council For Machinery Lubrication)
Especialista en la implementación de proyectos de auditoria de plantas y análisis de oportunidades, diseño de programas de lubricación, diseño de programas de análisis de aceite, diseño de sistemas de control de contaminación, cuartos de almacenamiento y manejo de lubricantes en industrias de todos los ramos, en cualquier país de habla hispana o portuguesa.
Editor Senior del boletín electrónico Lube-Tips en Español, escribe regularmente para diversas publicaciones de confiabilidad y mantenimiento de América y apoya en la traducción de artículos técnicos de la revista Machinery Lubrication.