27-May-2019
Fuente: Mexicoxport
La idea de que los buques autónomos navegarían los siete mares en cuestión de años fue aceptada por una minoría. Luego las Sociedades de Clasificación se subieron al carro y finalmente, cuando la primera nave autónoma fue ordenada por Yara -basada en Oslo- la mayoría aceptó que podrían convertirse en parte del futuro a corto plazo de la industria naviera, plantea el reporte semanal de Alphabulk, de acuero con Mundo Marítimo que tuvo acceso de forma exclusiva.
Este primer buque, continua el reporte, será el “Yam Birkeland”, cuya entrega está programada para fines de 2019 o principios de 2020 y se espera que navegue con una tripulación mínima a bordo antes de que Yara obtenga la aprobación para navegar sin dotación en algún momento del 2022.
Vard Shipyard se adjudicó el contrato para el buque, a un precio equivalente a un precio situado entre los 25 y 30 millones de dólares. Además, el gobierno noruego subvencionará el 50% de la nave, a través de Enova SF, propiedad del Ministerio de Clima y Medio Ambiente de Noruega.
El “Yam Birkeland”, que como se señaló, costará hasta US$30 millones, podrá trasladar 120 TEUs. Se debe considera que un portacontenedor “normal” de 2.750 TEUs se cotiza a un precio apenas superior. Además, el buque está diseñado para una ruta redonda de 50 millas entre Brevik y Larvik en Noruega. Por lo tanto, no es exactamente una propuesta económica que provocará cambios en el segmento de capesize durante esta etapa.
En cuanto al aspecto medioambiental, el buque será alimentado por baterías eléctricas que se recargarán durante cada embarque, lo que lo convertirá en un proyecto de cero emisiones. Pero el principal argumento a favor de los buques autónomos es su mayor seguridad, debido a que el factor humano es la causa principal de la mayoría de los accidentes en el mar. Al respecto, el Club P&I de Japón estima que entre el 80% y el 90% de todos los accidentes en buques de cabotaje se deben al factor humano. Mientras tanto, el Centro Nacional de Información Biotecnológica de EE. UU. realizó una investigación que concluyó que la gran mayoría de las colisiones en el mar se deben a decisiones humanas erróneas.
Sin embargo, para Alphabulk, es conocido el hecho de que el factor humano también ha prevenido innumerables casos de accidentes que nunca figuran en las estadísticas. Por lo tanto, existe el caso de que la eliminación de este elemento podría llevar a más, y no a menos, accidentes en el mar.
Entonces, cuestiona el reporte, si los buques autónomos no tienen sentido desde un punto de vista económico, ni de seguridad ¿por qué se leen páginas y páginas acerca de estas naves?
La respuesta para Alphabulk es que vivimos en un mundo capitalista basado en la deuda, lo que por lo tanto exige ventas cada vez mayores para pagar una deuda cada vez mayor. El actual sistema exige nuevas ventas todo el tiempo; de hecho, se podría argumentar que el PIB es 100% consumo. En economía- ahonda el reporte- al menos en la teoría clásica, los bienes de consumo son todo lo que directamente presta utilidad a las personas, mientras que la inversión representa la acumulación de bienes de capital, los que finalmente se utilizan para producir bienes de consumo.
El concepto de obsolescencia
En estos días, plantea el reporte, la deuda cada vez mayor no puede satisfacerse con el crecimiento natural en ningún mercado, y por lo tanto exige la obsolescencia de los bienes duraderos para alimentar al sistema.
Los nuevos mercados deben desarrollarse a un ritmo cada vez mayor, por lo que los fabricantes de equipos están presionando para que haya buques autónomos de la misma manera que Apple impulsa sus nuevas versiones de iPhone.
Alphabulk no plantea que la innovación o el cambio sean necesariamente malos, ya que argumenta que en el caso de ser impulsada por la demanda son, por supuesto, buenos y que en el transporte marítimo hay numerosos ejemplos como el desarrollo de los motores diesel o la incorporación del GPS.
Pero plantea que cuando una «innovación» es impulsada por los productores de la “expansión misión” (de la expresión inglés mission creep: intervención gradual, innecesaria, de negativo desarrollo e incierto final) entonces tiene que ser cuestionada.
El reporte de Alphabulk, finalmente opta por cuestionar la validez de los buques autónomos, planteando “que no estamos solos, ya que antes de ver los buques autónomos navegando, la OMI, las sociedades de clasificación y las compañías de seguros estarán muy cómodos antes miles de estos “barcos fantasmas” transportando bienes por todo el mundo”. Pero en caso que los buques autónomos ya sean una realidad tangible, Alphabulk plantea que “probablemente pasarán años, y talvez décadas, antes de que los veamos reemplazar a los buques tripulados tradicionales”.