Fuente: Mexicoxport
25-octubre-2018
Las empresas mexicanas de paquetería presionan para poder entrar en el mercado de Estados Unidos bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC como se le llama en México), exigiendo reciprocidad en busca de aprovechar el lucrativo mercado del gigante del norte.
Firmas como las estadounidenses Fedex Express y UPS operan en México en casi las mismas condiciones que las empresas locales, que hasta ahora no pueden ofrecer sus servicios con sus propios vehículos en ciudades de Estados Unidos, por ser una actividad solo reservada a ciudadanos de ese país.
El nuevo pacto comercial reemplazaría al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero mantiene cerradas las puertas del mercado estadounidense para las firmas de paquetería de México.
“Lo que siempre se ha pedido es piso parejo”, dijo a Reuters Manuel Armendáriz, presidente de la Asociación Mexicana de Mensajería y Paquetería (AMMPAC), que representa a más de 30 firmas locales de paquetería como Estafeta.
El ejecutivo dijo que han mantenido contactos con senadores porque el acuerdo deberá ser ratificado por la Cámara alta después de que sea firmado por el gobierno. “Se busca que las autoridades mexicanas defiendan la igualdad”, comentó.
Igualdad de derechos
Los transportistas de carga mexicanos también están preocupados. En el nuevo tratado, Estados Unidos incluyó una nueva salvaguarda que le permite retirar las autorizaciones para los mexicanos que dan servicio transfronterizo de largo trayecto, por ejemplo, de Tijuana a Nueva York.
Bajo esta figura, las autoridades estadounidenses pueden retirar los permisos a los transportistas del otro lado de la frontera, si estas comprueban que hay una pérdida significativa de participación de sus empresas en el mercado estadounidense de carga de larga distancia a manos de las firmas mexicanas.
Pero México no tiene esa potestad bajo el nuevo tratado.
“Si ellos tienen derecho de cancelar sin previo aviso (…) los acuerdos ya establecidos con empresas que se autorizaron, pues que también nosotros tengamos reservado este derecho”, dijo recientemente Enrique González, presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) de México.
Pero las exigencias de Estados Unidos serían difíciles de cumplir, según fuentes cercanas a la renegociación, que aseguran que los transportistas mexicanos autorizados a hacer trayectos de largo recorrido representan una pequeña parte del mercado en Estados Unidos.
Existen 41 empresas mexicanas autorizadas, con 493 conductores, frente a los 3.5 millones de choferes estadounidenses. Unas 20 empresas de Estados Unidos transportan actualmente carga internacional a México, según cifras del gremio.
“Estamos muy lejos de representar (una amenaza) frente a más de 3.5 millones de transportistas en Estados Unidos”, dijo el martes el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, minimizando el riesgo que acarrea esa cláusula al ser cuestionado el martes sobre el tema en la Cámara de Diputados.
En el nuevo acuerdo, Estados Unidos incluyó que, hasta que México no permita la inversión extranjera en transporte interno de carga, o cabotaje, la autoridad estadounidense tampoco dará concesiones para la prestación de servicios de camiones mexicanos entre puntos de ese país para llevar mercancías distintas que no sean carga de comercio exterior.
“Lo que queda y sigue prohibido es el cabotaje, ninguna empresa con nacionalidad extranjera (…) pudiera establecerse en el territorio nacional”, puntualizó Guajardo.
Justamente esa restricción es lo que impide también a las firmas de paquetería mexicanas ofrecer servicios entre puntos dentro de Estados Unidos, pues la ley estadounidense cataloga a su actividad como carga doméstica.