1-Noviembre-2017
Fuente: Mexicoxport / El Financiero
Una de las cartas fuertes del equipo renegociador mexicano del Tratado de Libre Comercio de América del Norte es la dinámica empresarial y comercial del Bajío. Pero también será esta región una de las que podrían tener mayores afectaciones en caso de que las conversaciones no lleven a buen puerto.
Consideremos que Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes y San Luis Potosí registran un crecimiento en su producción de bienes y servicios en lo que va de este año en promedio de 6.4 por ciento, muy superior al nacional de .4 por ciento, y que representan el 14.6 por ciento de las exportaciones totales del país. ¿Cuál es el problema entonces?
El Bajío se ha posicionado como un potente exportador de manufacturas y equipo de transporte, es decir automóviles, piezas y refacciones, autobuses, tractores y vehículos recreativos, además de la potente industria de partes aeroespaciales.
Desafortunadamente, las baterías del equipo renegociador de los Estados Unidos están colocadas en esa dirección: reglas de origen más exigentes para el sector y que al menos el 50 por ciento del contenido del producto final sea fabricado por ellos y sólo un 35 por ciento a repartir entre Canadá y México.
Cabe mencionar que en ningún tratado de libre comercio en el mundo se estipulan condiciones tan estrictas y específicas como las que propone Estados Unidos. Desde luego, si se presentaran estos escenarios, el efecto sobre la economía del Bajío sería contundente, pues en promedio, el 65.8 por ciento de las exportaciones de los cuatro estados son del sector transporte. Y aún más, lo que exporta el Bajío representa casi el 35 por ciento, en promedio, del Producto Interno Bruto de las cuatro entidades.
Veamos la otra cara de la moneda, ¿qué rol juega México para los estados de Estados Unidos? Desde que entró en vigor el tratado las exportaciones de Estados Unidos hacia México se han incrementado un 452 por ciento, así, tres cifras.
Además, nuestro país es el destino número uno de las exportaciones de California, Arizona, Nuevo México y Texas y el segundo lugar de otros 25 estados de la unión americana. De nuevo, los estados con mayor vocación hacia la manufactura de automóviles, autopartes o en general del sector de transportes serán los más afectados pues las exportaciones de Estados Unidos hacia México representan alrededor del 20 por ciento.
Hay que considerar que, a través del TLCAN, México ha incrementado su porcentaje de participación en las importaciones de Estados Unidos. Desde el primer trimestre de 1994, cuando entró en vigor, y hasta el segundo trimestre de 2017, las importaciones de productos mexicanos han pasado del 7.5 al 13.6 por ciento, lo que representa 302 miles de millones de dólares, por cierto, el segundo más alto en la historia del tratado.
La conexión económica es enorme y desde el sector privado las sinergias son hacia incrementar la integración entre los países. Del resultado de las renegociaciones del TLCAN depende que el Bajío mantenga ese ritmo de crecimiento económico vertiginoso.
Una salida representaría un freno en las inversiones extranjeras directas, una reducción de las exportaciones de los estados, y por supuesto una muy importante reducción en la producción de la región.
El Bajío y su potente industria hacen muy competitivo al sector automotriz y de equipo de transporte de los Estados Unidos, aunado a que el sector está muy enraizado en las economías de más de la mitad de los estados norteamericanos.