Las criptomonedas han estado desde su nacimiento en el punto de mira de quienes esperan que finalmente se imponga un sistema financiero totalmente descentralizado, y aunque México es uno de los países de Hispanoamérica donde más se utilizan -no es extraño, ya que en el subcontinente la economía mexicana tan solo se encuentra por detrás de la brasileña- un informe de la UENI de finales del 2019 revela que tan solo un 32,9% de las pequeñas y medianas empresas -precisamente aquellas que acaparan un mayor peso en nuestro PIB- sabe qué son las criptomonedas, y de ese tercio escaso de pequeños negocios que las conocen, tan solo la mitad de ellos las aceptaría como medio de pago, aunque desde entonces las criptomonedas, con bitcoin a la cabeza, han aumentado mucho su cotización y quizás unos cuantos hayan cambiado de opinión desde entonces.
El inversor mexicano
El uso que el inversor mexicano hace de las criptomonedas parece mayoritariamente enfocado a la inversión más que a la utilización del activo como dinero fíat normal -también hay que recordar que según la UENI son pocos los negocios que admiten pagos en criptomonedas- aunque aún está por ver cómo afectará la pandemia y la crisis que ya empieza a asomar a la aceptación de bitcoin y sus hermanas como dinero, ya que los billetes físicos parecen haber sufrido un duro golpe al relacionarlos como una vía de transmisión del virus del COVID-19, y la generalización del dinero electrónico allanará el camino a las criptomonedas. Quién invierta en criptomonedas no solo está creando una posible reserva de valor -más o menos arriesgada, ya que de momento la volatilidad de este mercado es extremadamente alta- sino que también contará con líquido para algunas de sus compras.
Pero si lo que se quiere no es comprar criptomonedas sino especular, por ejemplo con las variaciones en la cotización de bitcoin, Plus500 es uno de los brókeres de trading online líderes en el mercado que ofrecen contratos por diferencia –CFDs- sobre criptomonedas. Eso sí, operando mediante CFDs no se compran las criptomonedas propiamente dichas como ya se ha mencionado, ya que en los contratos por diferencia se liquida al cierre de una operación la diferencia de precio de un activo entre el momento de abrirla y el de cerrarla, aunque por ello mismo es posible seguir operando con ellas incluso cuando el precio se corrija a la baja. Por otra parte el trader se expone a un elevado riesgo de altas pérdidas de capital como bien advierte el bróker, ya que la operativa con CFDs utiliza el apalancamiento, que es la relación entre capital propio que pone el trader y ajeno -prestado por el bróker temporalmente al trader por el tiempo que dure la operación- utilizado por el trader en sus operaciones con el fin de obtener mayor exposición de lo que su capital permitiría por sí solo, pero que por esto mismo maximiza las pérdidas, que podrían superar el capital propio del trader, que es del que se deducen las pérdidas del total de la posición. Para evitar perder cantidades mayores al depósito habrá que trabajar con brókeres que apliquen políticas de protección contra saldo negativo garantizadas en las cuentas de sus clientes minoristas.
Cabe mencionar también que momentos como el actual, donde una pandemia lleva desestabilizando los mercados por meses, presentan más riesgos para cualquier inversión debido a una mayor volatilidad, a lo que habrá que sumar la volatilidad natural y propia del mercado en que se opere, que en el caso de las criptomonedas es alta.
Legislación sobre las criptomonedas en México
En nuestro país nadie está obligado a aceptar un pago en ninguna criptomoneda, ya que para el Banco de México no se trata de divisas reconocidas, y además las consideran extremadamente volátiles -característica que comparten con algunas monedas al sur del Río Grande-. Para la Ley Fintech las criptomonedas son consideradas exclusivamente un activo virtual y serán las exchanges quienes deberán estar al tanto de las regulaciones y las cuales deberán obtener las debidas autorizaciones, ya que el inversor mexicano operará a través de ellas. Como pueden comprobar en materia legislativa nos falta mucho camino por recorrer, algo que por otra parte no ocurre solamente aquí en México, ya que salvo contadas excepciones parece que las criptomonedas se les han atragantado a los burócratas de casi todas las cancillerías del mundo.
Sea de la forma que sea, parece que la importancia de las criptomonedas en la economía mundial, y por ende en la mexicana, continuará aumentando al menos en el corto y el mediano plazo, ya que tenemos por delante el lanzamiento de nuevas criptomonedas, sin ir más lejos Libra, la criptomoneda de Facebook, está cada vez más cerca de aparecer, y con una base de usuarios que se cuenta en cientos de millones y un marketplace en el que operan un sinnúmero de pequeños y medianos vendedores el impulso que la criptomoneda de Zuckerberg dará a éste mercado probablemente dejará huella, e incluso algunos otros actores que antes despreciaban a las criptomonedas, como el banco de inversión JP Morgan, ya se han unido a este mercado con sus propios criptoactivos -aunque en muchos de estos casos se trata de stablecoins que buscan más aprovechar la rapidez y seguridad de la tecnología Blockchain que favorecer la especulación con sus activos-.