En esta época donde el mundo es globalizado, se habla de utilidades a corto plazo y se sigue a los indicadores económicos y bursátiles por minuto, también hay una creciente preocupación por lo que le llaman responsabilidad social. Por tanto es importante entender lo que es la responsabilidad social, para ello es necesario hablar de la dignidad que toda persona posee por su propia naturaleza y como consecuencia se debe de tratar a la persona como un fin y no como un instrumento. Este reconocimiento es el fundamento de la responsabilidad social.
Cualquiera coincide que las empresas deben de generar utilidades y éstas deben ser el resultado de proveer productos o servicios a precios justos en condiciones de competencia y con una correcta administración de los recursos obtenidos.
Con lo anterior, una empresa cumple con sus accionistas (“stockholders”); sin embargo para una empresa que se precie de ser socialmente responsable, el atender al accionista no es suficiente, ya que se debe tener un compromiso con todas las organizaciones y personas que tienen un interés en la empresa (“stakeholders”). La propuesta es que una empresa es socialmente responsable en la medida que es capaz de generar utilidades pero tiene una legítima preocupación por lograr una fórmula justa de distribución del beneficio entre los empleados, proveedores, el pago de impuestos y la preocupación por el medio ambiente.
Una vez que se ha logrado un balance y se cuenta con fórmulas justas de distribución de las utilidades, el siguiente paso es cómo mantener ese equilibrio en el tiempo. Para ello la empresa debe de contar con prácticas de gobierno corporativo y fórmulas que logren la sustentabilidad económica. Algunos retos a los que se enfrenta son:
- Cómo mantener la oferta de valor de un producto o un servicio en virtud de la dinámica en el entorno competitivo y el constante cambio en la preferencia de los clientes.
- Cómo mantener costos que sostengan a la empresa rentablemente ante la transferencia de tecnología y la facilidad de producir en diferentes lugares, en muchos de los cuales la legislación laboral favorece prácticas que resultan en menores costos.
- La consistencia en el control estratégico. Ya sea el control en empresas familiares, de forma que se tengan prácticas corporativas y se nombre un consejo de administración que tenga verdadera influencia en la marcha de la empresa o bien, en corporativos en la que los directivos verdaderamente cumplan su función de velar por los intereses de la empresa.
Las sanas prácticas administrativas y los principios de control enunciados en textos y publicaciones no son suficientes para asegurar que las mencionadas prácticas de negocio se mantendrán en el futuro.
La clave para enfrentar estos retos y lograr una cultura organizacional que haga preservar a la empresa en el tiempo, consiste en la formación directiva en valores. Los fracasos recientes de toda clase de organizaciones, desde grandes corporaciones hasta empresas familiares de cualquier envergadura obedecen en gran medida a situaciones de comportamiento de sus directivos, los cuales pueden ser:
- Control de una persona sobre todas las acciones de la empresa sin el nombramiento de un consejo de administración con voz y voto. Esto resulta en muchas ocasiones en decisiones que van en contra de la razón de ser de la empresa y drenan recursos económicos por la inversión en actividades que no agregan valor.
En la empresa familiar se transforma en la carencia de prácticas de gobierno corporativo. No se forman estructuras directivas con fundamento en el conocimiento y capacidad de las personas, sino en la relación familiar. La empresa pierde competitividad al no contar con personal preparado que sepa dirigir la organización.
- Falta de prácticas de comunicación de las empresas. No se tienen políticas claras que estimulen la retroalimentación de empleados, proveedores, comunidad, en una palabra los “stakeholders” de la empresa. De esa forma se desprecian los comentarios de clientes que no están satisfechos con el servicio, la información sobre situaciones de mercado por parte de vendedores o personal de campo que advierten una situación de oportunidad o riesgo para la organización y un largo etcétera que puede resumirse que los directivos permanecen en una torre de marfil aislados de lo que sucede en el ambiente de negocios.
- La falta de programas de preparación y actualización para los directivos. La necesidad de investigación y el ponerse al día es cada vez más importante.
El autor de este artículo puede describirlo en primera persona. Escribió al final de 2011 y principios de 2012 un ensayo sobre este tema de la responsabilidad social corporativa, con los enunciados listados a lo largo de este artículo. Al cabo de estos dos años de la publicación del ensayo, se ha encontrado con un creciente interés de organizaciones que discuten la validez de los ejercicios presupuestales anuales y que fomentan ejercicios periódicos de menor plazo pero, que atienden la situación de mercado que es cada vez más cambiante en menor plazo, un florecimiento de la corriente de gerencia disruptiva, en la que se pone énfasis en planteamiento de escenarios de negocio como si se iniciara nuevamente sin atender lo pasado.
Se pueden encontrar otros ejemplos del cambio que se está escenificando:
El año pasado Harvard Business Review publicó un ensayo sobre el Fin de la Ventaja Competitiva, el cual sin dejar de contar con un poco de publicidad para hacerlo más comercial, promueve la flexibilidad de las organizaciones para no construir estructuras rígidas que defiendan una única ventaja competitiva y que carezcan de elementos para cambiarla conforme cambian las condiciones del medio ambiente. La autora del artículo describe con gran detalle el fracaso de Kodak y su quiebra por no saber atender lo que el mercado estaba demandando. Esto mismo le pasa a cualquier empresa que no tiene flexibilidad para atender las situaciones cambiantes de mercado.
Otro desarrollo que cada día cobra mayor relevancia son los análisis promovidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con relación a la erosión económica y el traslado de utilidades para evitar el pago de impuestos. Estos estudios están resultando en modificaciones a las leyes impositivas y al intercambio de información entre países con el objeto de homogeneizar las tasas de impuestos.
La persona quien dirija una organización cuyo modelo de negocios contempla la obtención de utilidades con base a la facturación en países con menor gravamen, la contratación de mano de obra en países con condiciones laborales, particularmente de seguridad menos estrictas y el desarrollo de tecnología y manufactura avanzada en países de mayor gravamen fiscal verán afectado su modelo de negocio muy pronto. Las empresas que no estén realizando una planeación para enfrentarlo y que cuenten con la flexibilidad para adaptar su modelo de producción y entrega se verán afectadas más pronto que tarde.
Por último se hará mención del exceso de ambición y la falta de honestidad la cual ha tenido graves consecuencias no sólo para la empresa que los dueños o funcionarios dirigían sino para todos los “stakeholders”.
Uno de los casos de mayor impacto fue Enron, que desapareció a una organización global de 22,000 empleados. Otro caso más reciente el de Madoff con un esquema de pirámides que hizo desaparecer miles de millones de dólares, del cual se perjudicaron no sólo inversionistas sino instituciones y fundaciones que se habían formado alrededor de esta firma de inversión. Ambos casos pueden resumirse en una ambición ilimitada por obtener utilidades a cualquier precio.
México no es la excepción y haré mención de uno de los casos, aunque no tan publicitado, de grandes consecuencias en muchos ámbitos sociales. Se trata de Arrocera Covadonga, la cual comercializaba más del 30% del arroz en México. Bajo el mismo patrón de exceso de ambición y falta de honestidad la empresa engañó a instituciones financieras y defraudó al público y provocó un desequilibrio en todo el esquema de comercialización del arroz en México. Esto ha resultado en un desorden del mercado en el cual productores asiáticos han resultado beneficiados al cubrir el faltante provocado por la desaparición de Covadonga.
Cierro este artículo con la mención al análisis desarrollado por la organización Oxfam (www.oxfam.org) como contribución para la Reunión Anual de Davos del World Economic Forum celebrada en 2014. Quiero resaltar el siguiente párrafo, que es un resumen genial de lo que es la responsabilidad social corporativa:
“La desigualdad económica es esencial para el progreso y el crecimiento, premiando a aquellos con talento, habilidades obtenidas con esfuerzo y la ambición para innovar y tomar riesgos como emprendedor. Sin embargo, los niveles exagerados de concentración del bienestar amenazan con excluir a millones de personas de realizar los beneficios de su talento y trabajo arduo”.
La responsabilidad social corporativa ayuda a regular el quehacer empresarial promoviendo una economía justa y que se logre que las empresas se conviertan en verdaderas comunidades de personas.
Acerca del Autor
* Angel Hernández Vega es Director de Contabilidad y Planeación Financiera de Satélites Mexicanos y Profesor de ICAMI en el área de Finanzas. Es autor del libro El papel de la responsabilidad social en la estrategia de la empresa.
Para contacto puede hacerlo a: angel.hernandez@satmex.com“>angel.hernandez@satmex.com