Por Iván F Rodríguez / Bundy Refrigeration / irodriguez@bundyrefrigeration.com
Las barreras de entrada al llamado primer mundo siguen creciendo a un ritmo dramáticamente acelerado. La diferencia entre países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo se hace cada vez más grande, y con esto, la imposibilidad de generar una distribución equitativa de la riqueza y de los recursos intelectuales y tecnológicos, haciendo radical la brecha entre ricos y pobres. La pobreza es un efecto no una causa, para erradicarla o al menos, minimizarla, se deben combatir frontalmente cuatro enfermedades letales:
- Ignorancia,
- Corrupción,
- Apatía, y
- Baja Autoestima.
La solución no es de corto plazo, sin embargo, el primer paso debe ser dado para evolucionar los programas mentales de las nuevas generaciones, hacerlas conscientes de que un mejor futuro depende de la capacidad de crear soluciones (productos o servicios) diferenciados, capaces de resolver las necesidades inmutables del ser humano más eficientemente, y que esta capacidad a su vez, depende del potencial cognitivo y de ejecución de las personas. Por lo tanto, para lograr riqueza sustentable y éticamente, es indispensable dominar la ciencia, esto es, aplicar conocimiento especializado (biología sintética, biología informática, cambio climático, programación informática, física, química, matemática).
El mundo alcanzó en el 2016 un máximo absoluto en la riqueza generadaè El Producto Interno Bruto (PIB) más grande la historia de la humanidad, $75 millones de millones de dólares, es decir, $75 trillones de dólares. No obstante, esta realidad se ve severamente contrastada con el nivel de desempleo en personas menores a 25 años más alto en la historia, 25% en promedio (World Bank, 2016). Para el 2030, se deberán generar más de 600 millones de nuevos empleos para poder emplear a las nuevas generaciones de trabajadores. La responsabilidad de resolver este desafío radica en los cuatro actores principales del desarrollo económico y social de las naciones, (1) gobierno, (2) iniciativa privada,(3) sociedad civil y (4) la academia.
En lo que compete a la iniciativa privada, existe una oportunidad única de evolucionar la ecuación de valor, aplicar la mente de obra creativa y sofisticada de los ingenieros y técnicos Mexicanos y transformar la manufactura de bienes en la mentefactura de métodos, sistemas y procesos basados en la inteligencia artificial y la nanotecnología. Sumar a México a la 4ta. Revolución Industrial (Industry 4.0) significa aplicar el conocimiento especializado a la creación de drones, sensores para aplicaciones en la medicina, el control medioambiental, técnicas fotovoltaicas para fuentes de energía renovable, materiales más ligeros y más fuertes –aplicables en las industrias aeronáutica, automotriz, aeroespacial y de defensa, mejores tecnologías visuales –más ligeras y flexibles y con mayor nitidez; y técnicas de diagnóstico lab-on-chip entre muchas otras.
Este es un camino difícil pero 100% realizable ya que contamos con el I.Q. (Coeficiente Intelectual) y el E.Q (Coeficiente Emocional) para generar esta transformación. Evidentemente, ¡serán las micros, pequeñas y medianas empresas las que encabezarán esta transformación!
ACERCA DEL AUTOR
Iván es Ingeniero Industrial, Master en Administración, y Master en Ingeniería. Trabaja como Director General (CEO) de una Empresa Alemana Líder en Refrigeración Industrial y Residencial Mundial.
Correo: irodriguez@bundyrefrigeration.com
@ivanfrodriguez1