Por: José Luqué / Infor / pgutierrez@acsmex.com
Tarde o temprano la realidad de la digitalización nos llega a todos. Sin importar cuan optimista puede ser una persona, la adrenalina de la novedad, y la excitación del nuevo concepto de digitalización y de tecnología disruptiva luego da paso a la cruda realidad. Desarrollar e implementar una iniciativa a gran escala, como la digitalización, es un trabajo difícil. Más allá de las largas horas dedicadas y del trabajo en equipo, existen costos, riesgos y numerosos inconvenientes que superar.
Lamento arruinar la expectativa. Pero las empresas deben estar preparadas. Deben enfrentar hechos duros con los pies firmes en la tierra. Las complicaciones, como la necesidad de un amplio archivo de datos, debe conocerse desde el comienzo para resolverse adecuadamente. Resulta fácil entusiasmarse con las novedades como la innovación del nuevo producto, y estar demasiado confiados. La lucha por la dura competencia, y la carrera del mercado, hace que las nuevas ideas pueden enceguecer. Aun empresas normalmente conservadoras pueden perderse en el fervor y no incluir los detalles en su plan.
Conforme a un estudio IDC, el 63% de las empresas de manufactura menciona que la innovación de los productos son su principal prioridad. Conforme al autor del reporte Jeffrey Hojlo, director de IDC, “Estrategias de Innovación del Producto”, esto recalca la innovación y los procesos de cambio. “La innovación del producto lidera la lista de prioridades para las empresas de manufactura en los próximos tres o cuatro años. Lo que resulta claro para las empresas es que la forma en que los productos se diseñan, llevan al mercado y venden, está cambiando y continua en constante cambio, por lo que los equipos de ingeniería y de R&D deben trabajar juntos para ampliar su alcance”, comenta.
La digitalización y la innovación del producto a ritmo rápido, traen otras complejidades que no pueden ignorarse, incluyendo al elefante en el bazar: la seguridad de los datos. ¿De quién son los datos generados por un producto inteligente; del consumidor o del fabricante? Este tema ha recibido bastante atención en el sector automotriz, ya que los datos generados por el auto sobre el performance del vehículo y sobre los hábitos de manejo del operador pueden tener gran impacto. ¿Se llegará a un punto en donde los autos tengan una “caja negra” para descifrar la culpabilidad de los accidentes, violaciones del tráfico, tasas de seguro, nuevos neumáticos, calificaciones para la renovación de la licencia? ¿O los datos generados simplemente avisarán el tiempo de cambiar el aceite, nuevos neumáticos, sintonización y dispararán cupones automáticos del taller mecánico más cercano? Este tipo de preguntas no tiene respuesta por el momento, pero fuerza a las empresas a considerar todos los escenarios posibles.
Explorar terreno desconocido, puede seguramente demorar el proceso de lanzamiento de los productos. A medida que se agregan productos y servicios innovadores, así como nuevos flujos de facturación considerando tarifas y logrando mejoras que se agregan a la lista de productos vendidos del fabricante, todo el diseño del producto, testeo del prototipo, cumplimiento de las reglamentaciones, etiquetado, procesos de precios debe también adaptarse.
En la encuesta de innovación de producto de IDC, los fabricantes frecuentemente citaban temas con el lanzamiento de los productos como los principales retos:
-45% mencionó el aceleramiento del tiempo del nuevo producto para llegar al mercado / tasa de éxito
-38% dijo lograr mayor control del desarrollo del nuevo producto
-36% indicó el manejo de la mayor complejidad de los nuevos productos
La complejidad en todos los elementos y etapas de la producción parece ir aumentando con la adopción de la digitalización. Aunque los ejercicios claves de la digitalización incluyen respuestas automatizadas, optimización de los procesos y mayor visibilidad en todo el sistema, no se consiguen estos beneficios con pura magia. El sistema reinventado debe ser instalado, integrar los componentes múltiples, y sincronizar los distintos sistemas. Las soluciones deben poder comunicarse, hablar un idioma común, poder compartir datos de manera que fluyan para lograr una vista integral de la empresa.
Acá es donde la arquitectura del sistema y contar con un ERP flexible resulta fundamental. También es aquí donde la implementación en la nube para contar con un lugar de almacenaje amplio resulta crítico. Y en este debate de integración, las empresas de manufactura ven la luz de que las soluciones que utilizan el lenguaje de internet y la tecnología de código abierto traen enormes beneficios. Todo tiene que sincronizar.
Los procesos, el software, las máquinas, los socios de la cadena de suministro, las redes de comunicación interna y los canales de comunicación con socios y clientes todos deben coincidir en una vista única impulsada por los datos. Frecuentemente se hace en etapas que requiere una estrategia para establecer las prioridades, logrando crear momentum desarrollando un equipo funcional que lidere las actividades y un líder fuerte para mantener todos los participantes y tareas en regla. Es trabajo duro. Es por eso que los expertos en el sistema insisten a los fabricantes que comiencen ahora. Planificando con cuidado. Aprovechando a los expertos en el sistema y a los consultes implementadores.
Los resultados hacen que el esfuerzo valga la pena.
ACERCA DEL AUTOR
José Luqué es Country Manager de Infor México, de Infor, proveedor de software empresarial y un socio tecnológico estratégico para empresas a escala mundial, creando software a medida para industrias concretas.
Correo: pgutierrez@acsmex.com