Por: Jorge Arturo López Mátuz / Consultoría Integral para Alta Dirección / jalmatuz@hotmail.com
Mucho se ha hablado de la diferencia entre el capital intelectual y el capital emocional, pero al final de cuentas solamente estaremos hablando del Capital Humano. Este constituye uno de los activos más valiosos de la empresa y sin embargo, en general, no se le da la importancia que merece.
En cualquier actividad, en mayor o menor medida, el factor humano es indispensable para el logro de los objetivos de productividad, competencia y rentabilidad empresarial, por lo que debe dársele una merecida atención para conservarlo siempre actualizado y dispuesto a dar lo mejor de sí.
Thomas Stewart, en su obra “Intellectual Capital, The New Wealth of Organizations”, define al capital intelectual como: “Todo material intelectual (Conocimiento, información, propiedad intelectual y experiencia) que pueda ser utilizada para generar riqueza”. Esta medida a sido la que más se ha difundido y es a la que nos hemos sometido millones de individuos en el mundo para saber qué tan sabios somos.
Pone como ejemplo de lo anterior a las empresas Microsoft, Nike o Reebok, cuya esencia en los negocios es totalmente intelectual en función de que no poseen una gran infraestructura de manufactura ni bienes de capital y toda su fortaleza consiste en los resultados de la investigación permanente, al desarrollo, marketing y distribución del conocimiento.
Daniel Goleman sostiene la tesis de que ya no podemos medir al ser humano con el tradicional coeficiente intelectual (I.Q.) y añade que los conocimientos y habilidades académicas son insuficientes para pronosticar lo bien o mal que le va a ir a una persona en su vida personal o profesional.
Cualidades personales como persuasividad, adaptabilidad y empatía necesariamente impactan en el progreso profesional. Cómo interactuamos con la gente y cómo nos manejamos a nosotros mismos es más relevante para el éxito que simplemente los conocimientos que tenemos. Para Goleman, los elementos que componen a la inteligencia emocional poco tienen qué ver con el I.Q. y señala a una variedad de inteligencias emocionales que en conjunto forman al Capital Emocional.
Algunas de estas inteligencias emocionales son las siguientes:
COMPETENCIAS PERSONALES
- Sensibilidad emocional, autopercepción realista, confianza en sí mismo.
- Auto-regulación. Autocontrol, confiabilidad, conciencia del entorno, adaptabilidad, innovación.
- Motivación. Deseo de triunfo, compromiso, iniciativa, optimismo.
COMPETENCIAS SOCIALES
- Empatía. Entender a otros. Desarrollar a otros. Orientación al servicio, enfoque a la diversidad, sentido político.
- Habilidades sociales. Influencia, comunicación, administración de conflictos, catalizador de cambios, establecimiento de vínculos, enfoque al equipo.
El capital emocional es el grado en que las inteligencias emocionales de las personas en una organización se conjugan de manera integrada y armoniosa y se convierten en capital de una empresa. El capital emocional incluye el tipo de compromiso que tiene el personal con la misión, la visión y los objetivos de la empresa, además de medir el grado de alineamiento hacia el mismo rumbo o dirección, pero sobre todo, la identificación y alineación del rumbo empresarial con los objetivos y metas personales. También involucra la motivación, el convencimiento, la cohesión del grupo, las ganas de hacer y lograr para salir adelante como equipo.
Existen teorías que consideran que el capital intelectual de hecho integra a la parte emocional de las personas en la organización y argumentan que la energía emocional es determinante y fácilmente se percibe en una empresa.
Existen muchas otras teorías muy válidas y probadas que se aplican como herramientas del método de aprendizaje aplicado, entre las que se encuentran las llamadas inteligencias múltiples descubiertas por Howard Gardner:
- Inteligencia visual-espacial. Nos permite planear nuestros movimientos antes de ejecutarlos. También sirve para ayudarnos a recordar lugares, establecer procesos o para ordenar el escritorio. Es un mapa mental. Si no se tiene, todas las cosas se pierden, pues sólo se perciben las cosas que se tienen a la vista.
- Inteligencia auditiva-musical. Motiva la capacidad de reconocer ritmos y tonos, además desarrolla el pensamiento lógico matemático.
- Inteligencia corporal-kinestésica. Propicia la habilidad de utilizar el cuerpo para expresar emociones; pueden utilizarse técnicas como la de “aprender haciendo”.
- Inteligencia intra personal. Se refiere a los aspectos internos del ser, el auto conocimiento de los sentimientos y el manejo del estrés.
- Inteligencia inter personal. Es la disposición para persuadir y relacionarse con otros.
- Inteligencia naturalista. Es el estudio de plantas, animales y tiene que ver con la observación, el entendimiento y la organización de patrones dentro del medio ambiente natural.
- Inteligencia verbal-lingüística: Se basa en la comunicación, expresión, transmisión y comprensión de ideas a través del fortalecimiento del equipo mental necesario para el pensamiento lógico y su expresión racional.
- Inteligencia lógica- matemática. Es la que se conoce como el pensamiento científico o razonamiento inductivo.
Recientemente, como cimiento para el desarrollo y aprovechamiento óptimo de todo el potencial de conocimientos, habilidades y capacidades de los integrantes de una empresa (desde el propietario, directores y personal operativo y de apoyo) se habla de la Psicología Emocional, considerando a ésta como la encargada de estudiar y observar las emociones; esta rama ve los efectos de las emociones en cada persona. Los psicólogos realizan evaluaciones en las personas, analizando las respuestas para de esta forma diagnosticar si posee emociones negativas o emociones positivas. Si después de un diagnostico resultan emociones negativas, la psicología emocional se encarga de transformar esos sentimientos adversos o negativos en positivos o más placenteros, ayudando así a fortalecer tus emociones.
En esta época de alta transculturización, alta competencia en los mercados y continuo desarrollo tecnológico, es necesario reafirmar el concepto de que todo equipo en la empresa debe operar con la más alta eficiencia para la obtención de productividad, competitividad y rentabilidad, Para esto, es necesario considerar una inversión permanente en la actualización y desarrollo del capital humano. La cabeza y el conocimiento son parte del éxito en la obtención de las metas empresariales, la otra parte es el corazón y el deseo. Recordemos a aquel viejo refrán que dice: “Más puede el que quiere que el que puede”. Podemos afirmar que ambos capitales, el intelectual y el emocional, son parte del Capital Humano. Como parte del plan de supervivencia y crecimiento de la empresa debemos aprender a desarrollarlos y aprovecharlos plenamente.
ACERCA DEL AUTOR
El Lic. y maestro Jorge Arturo López Mátuz es Socio Director del Despacho Consultoría Integral para Alta Dirección. Puede consultarle y hacer sus sugerencias acerca de los temas que usted quiere que se traten en este espacio en el e-mail: jalmatuz@hotmail.com