Por: Carlos Torres García / Kaizen Institute México / bmedina@kaizen.com
El éxito del liderazgo te pertenece por derecho. Todos nacemos siendo genios. Por desgracia la mayoría de nosotros muere en la mediocridad… Impactante leer éstas líneas, ¿cierto?
Las víctimas se quejan de problemas, los líderes presentan soluciones. La gente que está hoy en día en el mundo de los negocios ha malinterpretado el liderazgo, creen que es algo propio únicamente de los ejecutivos que dirigen las compañías o los que dirigen su país, cuando en realidad todo mundo puede ser un líder. Para formar una organización de verdad excelente, todas las personas en ella deben ser líderes, el único requisito es: Ser Persona…, con eso basta, porque todos tenemos el poder y potencial que no reconocemos. Sólo necesitamos aprender a despertar y aplicar ese poder y todos los elementos en nuestra vida para alcanzar el éxito.
“Para ser gran líder, primero hay que ser una gran persona”
Si todos estuviéramos satisfechos con nosotros mismos, no habría héroes, debemos ser mejor en nuestro día a día, ¿te has preguntado si mejorar es tener calidad en lo que hacemos?
¿Mejorar depende de mí o de mi Líder en la empresa?
Sistemáticamente mejorar es la creación organizada de un cambio ventajoso, es el logro de unos niveles sin precedente del comportamiento, un sinónimo de avance en las personas. Aplicándolo a una compañía, la mayoría de las empresas acometen la mejora de la calidad en el desarrollo de nuevas ideas, nuevos productos para sustituir lo antiguo, adoptan nuevas tecnologías, innovaciones e implementaciones digitales, revisan sus procesos para reducir los índices de errores, algunas de éstas mejoras tiene lugar en calidad y son el resultado directo de la iniciativa y el liderazgo de la alta dirección, pero gran parte de la mejora restante de la calidad tiene lugar bajo la iniciativa de los niveles inferiores de las organizaciones. En gran medida esto trae como consecuencia que la mejora de la calidad sea de tipo meramente voluntario.
Todas las mejoras tienen lugar proyecto a proyecto, las mejoras de calidad lo son también, un proyecto lo definimos como un problema que se tiene que resolver, una misión concreta que se tiene que ejecutar, y una de las premisas básicas que apoya a la necesidad de una formación amplia a cómo hacer que la calidad tenga lugar es el cambio de cultura.
LIDERAZGO, CAMBIANDO LA CULTURA EN UN ORGANISMO EMPRESARIAL
En la filosofía Kaizen el cambio de cultura es empoderando la iniciativa de la persona para iniciar cambios en ella y por consecuencia en la Compañía, apoyándose con la ayuda de un facilitador local que ofrece a cada empleado la oportunidad de expresar su punto de vista real y concerniente en una manera estructurada. Enfoques:
- Generando una información independiente
- Obteniendo conclusiones y datos cuantificables
- Una representación que sea muestra a la medida de todos los grupos involucrados
- Facilitar una retroalimentación por medio de un consultor independiente
- Lo más importante es apropiarse tanto del problema como de la solución por parte de las fuerzas laborales y como resultado creando un compromiso
El pensamiento es persuadir a la mayoría de las fortalezas laborales, es entonces cuando el cambio es inevitable demostrando que esos cambios son de mutuo beneficio y generan un real compromiso apropiándose de un cambio de cultura en todos los involucrados en el proceso.
Aristóteles decía. “Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito”.
Si queremos cambiar una cultura, comenzaremos por la raíces, cambiar nosotros mismos, crear o mejorar nuestros hábitos. Básicamente nuestro carácter está compuesto por hábitos. “Siembra un pensamiento y cosecha una acción, siembra una acción y cosecha un hábito, siembra un hábito y cosecha un carácter, siembra un carácter y cosecha un destino” dice el proverbio.
Los hábitos son factores poderosos en nuestras vidas. Dado que se trata de pautas consistentes, a menudo inconsistentes, de modo constante y cotidiano expresan nuestro carácter y generan nuestra efectividad… o inefectividad.
Para romper tendencias habituales profundamente enraizadas tales como la indecisión, la impaciencia, la crítica o el egoísmo, que violan los principios básicos de la efectividad humana, se necesita algo más que un poco de fuerza de voluntad y algunos cambios menores en nuestras vidas. Para éstos fines, definiremos el hábito como una intersección de conocimiento, capacidad y deseo.
El conocimiento es el paradigma teórico, el qué hacer y el por qué. La capacidad el de cómo hacer. Y el deseo es la motivación, el querer hacer. Para convertir algo en un hábito de nuestra vida, necesitamos esos tres elementos.
Ahora bien, ¿Cómo puede esa persona romper con hábitos y reemplazarlos por otros nuevos?, ¿Cómo podemos sustraernos a la influencia del pasado, reconstruirnos nosotros mismos y lograr un cambio significativo en nuestra vida personal y nuestras organizaciones?
La solución es: basarse en principios….
Basamos nuestra vida, nuestras relaciones, nuestros convenios gerenciales y nuestra organización en pro para lograr que los demás hagan lo que yo quiero, pero al mismo tiempo mi carácter tiene defectos o mi capacidad es dudosa, no podré alcanzar un éxito perdurable. Pero si aprendemos a manejar las cosas y a dirigir personas, dispondremos de los mejores recursos básicos porque no desperdiciaremos la energía y el talento de éstas. A menudo pensamos en el cambio y el perfeccionamiento como en algo que viene de afuera y no que va de adentro hacia afuera. Incluso si aceptamos la necesidad de un cambio interior, habitualmente creemos que se trata de aprender nuevas técnicas y no de mostrar una mayor integridad hacia los principios básicos. Pero las transformaciones importantes representan a menudo rupturas interiores con las formas de pensar tradicionales, a eso se le denomina cambios de paradigmas.
El liderazgo centrado en principios introduce un paradigma nuevo: centramos nuestra vida y nuestro liderazgo de organizaciones y personas en ciertos principios.
La gente confía instintivamente en los individuos cuya personalidad se fundamenta en principios correctos. Aprendimos que la técnica es relativamente intrascendente en comparación con la confianza, la cual es a su vez producto de nuestra confiabilidad a lo largo de los años. Cuando la confianza es elevada nos comunicamos fácilmente, con poco esfuerzo y en el acto. Aunque cometamos errores, los demás seguirán captando nuestro mensaje. Pero cuando la confianza es escasa, la comunicación requiere mucho de tiempo y se hace fatigosa, ineficaz y extremadamente difícil.
Es relativamente fácil trabajar sobre nuestra personalidad: lo único que debemos hacer es aprender alguna técnica nueva, readecuar nuestros patrones de expresión, adoptar tecnologías de relaciones humanas, emplear afirmaciones gráficas o fortalecer nuestra autoestima. Pero comparativamente es difícil cambiar de hábitos, desarrollar virtudes, aprender disciplinas básicas, cumplir lo prometido, ser fieles a nuestros juramentos, actuar con valentía ser auténticamente respetuosos con los sentimientos y convicciones ajenos. Sin embargo, ésta es la verdadera prueba y la manifestación de nuestra madurez. Valorarse uno mismo y al mismo tiempo, subordinarse a fines y principios superiores constituye la paradójica esencia de lo más elevado de la condición humana y el fundamento de Liderazgo eficaz.
En Kaizen contamos con 10 mandamientos aplicables a las empresas hacia el cambio para mejorar
- Abre tú mente para cambiar
- Piensa “Si puedo, si…”
- Siempre ataca a los procesos, no a las personas
- Busca soluciones sencillas
- Si está roto, arréglalo
- Utilice la creatividad, no el capital
- Los problemas son oportunidades disfrazadas
- Corregir “la causa raíz”, pregunta cinco veces “por qué” en lugar de “quien”
- La sabiduría de muchos es mejor que el conocimiento de uno
- No hay un destino final en el viaje.
Y nuestros principios Kaizen son: Procesos y Resultados, Sistemas Totales, No Juzgar/No culpar.
Al final del camino, el líder deberá lograr que su personal quiera mejorar junto con él, sin él y a pesar de él.
ACERCA DEL AUTOR
Carlos Torres García es BU Líder en Kaizen Institute México, donde forma parte del equipo de consultores certificados con presencia en más de 30 países alrededor del mundo y experto en la implementación del sistema de gestión Kaizen Lean. Es Ingeniero Mecánico Electricista, Master Black Belt, MBA Administración y Finanzas, Diplomado de Alta Dirección (IPADE), ha participado en diseño, desarrollo e implementación de gestión de excelencia operativa (OPEX).
Correo: bmedina@kaizen.com