Por: MTIE Gabriel Alejandro Granados / Consultoría Empresarial e Informática
Es un hecho que el actual año mellizo 2020 ha sido un “parteaguas” en nuestras vidas, la actual contingencia que vivimos ha puesto en jaque a la humanidad y nos está obligando a cambiar, a transformar todo lo que hoy conocemos, como sociedad al leer o escuchar que estamos en tiempo de crisis, automáticamente pensamos en cosas negativas, porque es así como la conceptualizamos con base a lo que hemos aprendido en el transcurso de nuestra vida, nuestra mente esta enseñada a ver esta palabra como algo trágico, incluso si buscas su definición la encontraras como una “situación grave, difícil presentada que pone en riesgo algo” y es así como la representamos en nuestro cerebro, nos imaginamos lo peor sin saber que lo único que representa es un cambio inesperado. Cuando dicho cambio inesperado llega a nuestra vida nos obliga a actuar de manera rápida y buscar fuerza de donde sea para empoderarnos, aunque la mayoría de las veces nos equivocamos al responder porque actuamos sin pensar, sin esperanza, con miedo e incertidumbre.
“El cambio es lo único que permanece en el tiempo”
Friedrich Nietzsche
Parafraseando a Friedrich y aunque el cambio represente dolor, pérdidas, sacrificio éste será lo único que nos ayudará a permanecer en el tiempo, es decir la crisis es necesaria para sobrevivir, de ella tenemos que aprender a hacerle frente a los nuevos retos, romper paradigmas, desprendernos de costumbres, hábitos, creencias, tradiciones, fortalecer el alma con la intención de lograr un liderazgo personal que inspire, motive, comprometa, proteja y desarrolle el sentido de responsabilidad, convirtiéndose en una persona con actitud Positiva, Empática, Responsable, Sabia, Objetiva, Noble y Auténtica sin resistencia al cambio, capaz de contagiar a otros para replicar su liderazgo en nuestra nueva normalidad a la que he denominado como Neormalidad.
Con el desarrollo de la Industria 4.0, el nuevo paradigma de la Mentefactura y la actual Neormalidad en que vivimos, la cultura organizacional de las empresas también se está viendo obligada a transformar, en primer lugar, sus creencias, tradiciones y formas de hacer las cosas pues la Industria 4.0 describe el desarrollo de nuevas tecnologías y futuro digital de todos sus procesos internos/externos, con el objetivo de mejorar, hacer más eficientes los procesos e incrementar la productividad para ser más competitivos a través de la información. Es por ello que se cree que con su llegada, vendrá a reducir nuestros empleos, pero esto es solo una creencia de debemos de conmutar, si bien es cierto que dejarán de existir algunos empleos, no deberíamos preocuparnos, porque así como se perderán, en su lugar se crearán nuevos empleos que requerirán de avalorar el rol del trabajador, para formarlos y ofrecerles mayores competencias asociadas a las nuevas tecnologías y a la entrada del nuevo paradigma denominado Mentefactura quien llega a cambiar las normas y reglas del actual modelo productivo generando nuevas posiciones en las que se consideran como elemento principal a las personas por su capacidad intelectual, de adaptación, conocimiento y experiencia en beneficio de la organización para ofrecer soluciones que satisfagan las necesidades empresariales y que logren resolver las problemáticas de la industria a través de la creatividad e innovación habilidades que forman parte del talento del factor humano, es aquí, dónde la actitud será más importante que las habilidades técnicas, porque ella lleva al camino de la innovación, promoverá el aprovechamiento y retención del talento humano, otorgándoles empoderamiento para la toma de decisiones, la mejora y rediseño de procesos, puesto que los modelos de manufactura que hoy conocemos se están volviendo obsoletos y es necesario trasladar a un nuevo modelo dónde el conocimiento va más allá.
Así mismo, la Neormalidad ha obligado a la industria a cambiar el enfoque, dándole prioridad a la salud y bienestar de los trabajadores, siendo éste, el ejemplo más claro de la transición forzada hacia una nueva cultura organizacional pues nos ha impulsado a actuar de manera inmediata, a generar nuevas expectativas, desarrollar nuevas estrategias, a adoptar nuevas normas sociales e implementar protocolos que ayuden a prevenir y controlar los contagios del virus COVID-19, de tal forma que nos permita continuar con las actividades socioeconómicas de una mejor manera, pues hemos aprendido que pese a las nuevas tecnologías de una empresa sin el recurso humano no es posible realizar nada.
De esta forma, se puede decir que, en el transcurso de la presente pandemia, la lección ha sido global, el aprendizaje será individual y dependerá de cada empresa constituirlo en la Neormalidad, adaptarse a ella puede llevar bastante tiempo si no aceptamos nuestra realidad, hoy hemos comprendido que como parte de un sistema todos nos necesitamos para sobrevivir y que por mucha tecnología que haya, si no hay nadie detrás de ésta, de nada servirá. Por eso y pese a que no será fácil, es necesario transformar nuestra cultura, aprovechar la disrupción e integrar estas tres vertientes en los obligados cambios organizacionales, pues a pesar de las diferencias que pudieran tener, todas ellas convergen en un solo punto, el recurso humano. El factor humano es quien mueve a la industria, es quien mantiene vivas a las empresas y está demostrado que es el protagonista de cualquier éxito empresarial.
1Cultura Organizacional 2020: Mentemorfosis. Consultoría Empresarial e Informática, Julio 2020
La Cultura Organizacional 2020 la concibo como el dióxido de carbono (CO2), componente natural en las empresas, que se encarga de crear un efecto invernadero en las organizaciones que impide que los trabajadores se extingan y que las compañías desaparezcan, el CO2 puede ser bueno o puede ser malo, obedece mucho de la perspectiva, lo mismo pasa con la 1CO2 puede llevarnos al éxito (bueno) o al fracaso (malo), todo depende de su tratamiento en la relación con las personas, éstas necesitan de la organización para trabajar, son quienes transforman la materia prima en producto o el conocimiento en soluciones. Las empresas, por el contrario, precisan de las personas para llevar a cabo la transformación y generación de sus productos a pesar de las nuevas tecnologías. Si esta correspondencia se mantiene en equilibrio, el sistema organizacional funcionará adecuadamente.
¿Pero cómo lograr mantener ese balance?
Cultivando el compromiso y el sentido de pertenencia con la organización, para entender un poco más esta analogía, definamos el término cultura que proviene del latín “cultus”, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Esta definición deja claro que es el individuo quien está al centro de todo lo que actualmente conocemos como cultura y que ha sido asociada a la civilización y al progreso, porque todo lo que hace trasciende, su forma de pensar, de ser, de estar, de hablar, vestir, sus prácticas, hábitos, costumbres, valores y normas de comportamiento son aspectos que determinan como es una sociedad, institución, organismo o corporación.
Por ello, la Cultura Organizacional 2020 (CO2) debe enfocarse en la Mentemorfosis del talento humano para fortalecer su confianza, valores y principios, influir en ellos para hacerlos responsables de sus propias acciones, de su seguridad y de su desarrollo personal, establecer y desplegar nuevas creencias, adoptar nuevas normas, protocolos y reglas que no sometan, antes bien, que ayuden a hacer conciencia, a aprender a dominar la mente y controlar las emociones, a reinventarse e integrarse, rediseñando competencias sobre el uso de la tecnología de información y el conocimiento a beneficio de la empresa.
Mentemorfosis es el proceso de transformación mental, de cambio, renovación y aprendizaje que nos ayudará a manipular de manera consciente el pensamiento positivo para trabajar de manera constructiva nuestras emociones, fortalecer el sistema inmune, enfrentar nuestros miedos, sacar lo mejor de la situación y de nosotros mismos para confrontar la vicisitud llamada COVID-19 y hacerle frente al futuro que es cada vez más incierto.
Hoy debemos comprender que la vida nos ha otorgado la oportunidad de ponerle freno a nuestra carrera con el propósito de analizar nuestra conducta, ver lo que estamos haciendo mal, para corregirla y enfocarla hacia una nueva cultura mental dirigida a la eliminación de paradigmas, creencias, tradiciones y costumbres, al cambio radical en nuestra forma de pensar, de actuar y de hacer las cosas, a entender que los cambios son buenos, que nos ayudan a valorar , a crecer y a aprender a ser perseverantes, porque si no lo hacemos, no evolucionaremos, corriendo el riesgo de perdernos dentro de nuestros propios límites y desaparecer.
Al igual que al águila se le llega el tiempo para comenzar con su doloroso proceso de renovación o dejarse morir, el 2020 es el momento de cambiar, de ser diferentes, de mudar hábitos, de cuestionar lo que es normal, pues eso a lo que llamamos normalidad jamás regresará, no hay que aferrarnos, reflexionemos, necesitamos hacer cosas fuera de lo normal, de lo tradicional, para crear una nueva 1CO2 que nos permita salir, dejar nuestra zona de confort y enfrentar los nuevos retos que trae consigo la presente Neormalidad, la Industria 4.0 y la Mentefactura.
Si formas parte del Liderazgo de una empresa, haz como el águila, busca un lugar tranquilo, un nido seguro en la montaña más alta, donde logres refugiarte y protegerte de cualquier depredador para transformarte y programarte mentalmente para tu nueva vida. Busca un espacio privado y date un momento para trabajar en tu SER, modificar los patrones de comportamiento adoptados, romper con viejas creencias y bloqueos individuales, percibir el entorno para reconocerte, saber quién eres y que esperan de ti, en dónde te encuentras y hacia dónde vas, identifica tus debilidades para poder trabajarlas y convertirlas en fortalezas con la intención de desarrollar nuevas habilidades que te ayuden a entender a los demás, a pesar de los procedimientos existentes, dejar de interpretar los problemas como algo perjudicial y empezar a ver oportunidades, que apoyen al dominio de las emociones para utilizarlas de manera inteligente a tu favor, que te impulsen a romper esquemas e ideas preconcebidas que nada es para siempre, renovar la fe y la esperanza aun cuando la lógica o la ciencia determine que no hay resultados positivos, con el objeto de inducir ese cambio de mentalidad en los demás, recordando siempre que para guiarlos, se necesita primero ser guías de nosotros mismos, tal y como lo mencioné en el artículo de Liderazgo y Desarrollo Personal, publicado en Enero del 2019(1), nuestros comportamientos son los que crearán y construirán una cultura organizacional que trascienda e influya en las demás personas, haciéndolas responsables de sus propias acciones, potenciando así el autoliderazgo, finalmente la Mentemorfosis de las personas en las empresas dependerá mucho de los directivos.
Lograr un liderazgo ideal no es tarea fácil, debe darse por sí solo, predicando con el ejemplo y actuando con integridad, un buen líder tiene presencia, es responsable de sí mismo y de los demás, acepta la responsabilidad, no la evade, aprende de los errores y se gana la confianza de la gente, sabe cómo hacer las cosas, tiene habilidades, creencias, emociones y hábitos que inspiran sin considerarlo, ayuda a establecer expectativas y objetivos claros, fomenta un ambiente trabajo seguro e inclusivo donde se respete, se valore, se reconozca, se brinde retroalimentación y entrenamiento que sirva para mejorar el desempeño y desarrollo profesional que aliente a generar un compromiso personal y sentido de pertenencia para con la empresa a fin de que puedan colaborar de manera proactiva y con iniciativa en soluciones innovadoras que mejoren el desempeño de la organización, logrando anticipar y abordar las posibles necesidades y problemas dentro de la nueva 1Cultura Organizacional 2020 (CO2).
Es así como llego a concluir que la Mentemorfosis más que un concepto producto de la actual contingencia, es un proceso que debe ir acompañado de acciones que confirmen la catarsis emocional conseguida, demostrando con hechos que lo que hacemos y sentimos es lo mismo que pensamos y decimos, porque a las palabras se las lleva el viento mientras que los hechos permanecen en el tiempo.
Ocuparse en lugar de preocuparse es la primera fase de la conversión, desarrollando estrategias que ayuden a fortalecer la confianza en las personas, que motiven y trasmitan el optimismo para que estas a su vez sean replicadas en cada una de las áreas dentro de la empresa con el propósito de mantener y ver nacer una nueva Cultura Organizacional.
Nuestro cerebro tiene la capacidad de resolver cualquier escenario que se le presente, solo basta dotarlo de información relevante o conocimiento relacionado con los eventos presentados, desarrollar nuevas competencias que ayuden a corregir nuestros patrones de pensamiento obtenidos por las experiencias de vida (inteligencia racional) y sentimientos o emociones negativas que nos asaltan (inteligencia emocional).
Competencias a desarrollar en la Mentemorfosis. Consultoría Empresarial e Informática, Julio 2020
Las competencias a desarrollar en las personas que formaran parte de la 1CO2 y que ayudaran a trabajar con ambos hemisferios para discriminar y utilizar ideas generadas por la imaginación en pro del desarrollo son:
#Empatía, no todo es como tú piensas, cada uno vive las situaciones de distintas formas, debemos ponernos en su lugar para poder entender sus necesidades antes de juzgar o reprender.
#Resilencia, hacer consciencia, asumir la responsabilidad de nuestros actos y reconocer que todo tiene un porque y que ésta en nosotros decidir el camino o el rumbo que le queremos dar.
#InteligenciaEmocional, será el centro de nuestra Mentemorfosis, núcleo de nuestro vórtice emocional, punto de partida de la perseverancia, identificar y definir nuestros sentimientos nos ayudará a gestionarla y poco a poco dominarla, desprender y aniquilar desde el interior todo lo que nos hace daño.
#Disrupción, a través del liderazgo personal, serás el protagonista de la nueva 1CO2, rompiendo con los parámetros establecidos, para seguir luchando por nuestros sueños y afrontar los retos venideros.
#Espiritualidad, será necesario fortalecer el espíritu para ESTAR bien con uno mismo, HACER y establecer relaciones sanas con los demás, entregar el corazón en todo lo que se haga para TENER buenos resultados y poder SER un verdadero referente de lo que es el liderazgo.
Referencias:
Pérez Porto, Julián (2008). Definición de cultura. Recuperado el 01 Julio de 2020, de:
https://definicion.de/cultura/
Goñi Zabala, Juan José (2012). Mentefactura”El cambio de modelo productivo” (1ª. ed.).
Madrid, España: Ediciones Díaz de Santos. Se consultó un fragmento del libro electrónico en:
https://www.editdiazdesantos.com/libros/goni-mentefactura-L27000790301.html?articulo=27000790201
Visión Industrial (2019). Liderazgo y Desarrollo Personal. Recuperado el 01 Julio de 2020, de:
https://www.visionindustrial.com.mx/industria/capital-humano/liderazgo-y-desarrollo-personal
Curriculum
Gabriel Alejandro Granados es Técnico Mecánico Eléctrico e Ingeniero en Sistemas Computacionales cuenta con una Maestría en Tecnologías de Información Empresarial por la Universidad De la Salle Bajío, un Diplomado en Educación a Distancia y una Certificación de Competencias para la Educación a Distancia a través de medios Electrónicos. Es instructor independiente ante la STPS en el área informática y administrativa, socio fundador de Consultoría Empresarial e Informática. Es Asesor Virtual en la UVEG, con experiencia Docente a nivel media superior y superior en las carreras de Industrial, Administración, Sistemas e Informática, en el campo profesional se ha desarrollado como Monitor de Materiales, Almacenista, Técnico de Mantenimiento, Administrador de Sistemas y actualmente Supervisor de Mantenimiento en la Industria Automotriz.