Por Fabiola Amador / GFT México /
¿Qué pasaría si un banco tuviera el nivel de interacción con sus clientes que tiene, por ejemplo, una empresa como Amazon? ¿Qué pasaría si una entidad bancaria tuviera que aumentar el número de transacciones que gestiona exponencialmente?
No hace falta que un banco aumente sus transacciones exponencialmente. Sólo con que las duplique, los sistemas informáticos actuales de muchas entidades no lo soportarían.
La constante caída del precio del dinero, los productos que transfieren el riesgo del banco al comprador, el cambio de perspectiva que la transformación digital ha supuesto, centrando en el cliente la interacción con los bancos… Todo ello está forzando a las entidades bancarias a cambiar drásticamente sus modelos de negocio.
REDEFINIENDO LA CADENA DE VALOR DE LA BANCA PARA HACERLA MÁS COMPETITIVA
En un entorno en el que los clientes han ampliado la gama de puntos de contacto con su banco gracias a la omnicanalidad, la comprensión y el seguimiento del customer journey por parte de la entidad es básico. Los bancos deben analizar su cadena de valor y encontrar dónde se encuentran sus fortalezas y cubrir las áreas “débiles” asociándose con otros proveedores de servicios. Esta visión mix and match de la banca es ahora la que se conoce como Banca Modular, es decir, aquella en la que un banco puede desempeñar diferentes roles en diferentes momentos y etapas, en función de cada tipología de cliente o segmento de mercado.
En este sentido, la Banca Modular aborda cómo superar la estructura monolítica de un banco tradicional mediante modelos de BaaS (Banca como Servicio) o BaaP (Banca como Plataforma). Son conceptos que tienden a superponerse pero que abordan perspectivas diferentes. BaaS surge por la necesidad de cambiar el centro del negocio bancario de una política de precios sobre activos y pasivos a la intermediación y el suministro de servicios con valor añadido lo que los hará suficientemente atractivos para que los clientes paguen por ellos. Por su parte, BaaP se refiere a la idea de un banco con distribución de productos propios incluso a terceros, accesibles a través de Open APIs y front-end para que los clientes puedan intercambiar información con otros proveedores.
Los modelos no son excluyentes y pueden coexistir en el mismo banco. Sin embargo, lo que sí es fundamental es que la infraestructura de TI apoye a las operaciones del banco y sea lo suficientemente flexible para adaptarse a los modelos e integrarlos perfectamente. Por ello, la Banca Modular requiere una arquitectura TI también modular y abierta, capaz de coexistir con los sistemas bancarios tradicionales. Aquí es donde los bancos se encuentran en la necesidad de subirse a la nube.
Si hasta ahora la informática que un banco usaba podía equipararse a la informática de una empresa industrial, el modelo que debe seguir un banco a partir de ahora para adaptarse a estos nuevos modelos de negocio es el de las grandes corporaciones tecnológicas de la red. Google o Amazon son buenos ejemplos de empresas tecnológicas que no sólo usan el cloud sino que lo ofrecen como servicio a terceros.
El banco tiene que poder aumentar su capacidad drásticamente de un día para otro en función de la situación del mercado. Para ello, le es imprescindible incorporar la tecnología cloud y así lo están haciendo. Claro que cambiar a cloud sólo es el primer paso. La clave está en cambiar la arquitectura de sistemas informáticos para que pueda, no sólo funcionar en cloud, sino para soportar el nivel de cambios y el nivel de rendimiento que una empresa en la red necesita.
Por su parte, en México, es necesaria una normativa que regule las innovaciones emergentes a las que se están enfrentando las instituciones financieras, Rogozinski Schtulman, director general de Nacional Financiera (Nafin) asegura que “si bien en la parte fintech hay que esperar, en lo que trabaja Nafin es en el desarrollo de esquemas en rubros que tendrán un cambio sustancial por la revolución 4.0; es decir, por todas las innovaciones que llegarán gracias a la tecnología”.
ACERCA DE LA AUTORA
Fabiola Amador es Delivery Manager en GFT México, empresa con más de 25 años de experiencia en el sector bancario diseñando, desarrollando e integrando un gran número de aplicaciones bancarias.