Por: Karen Aniceto / Difraxion Group /Karen@difraxion.com
¡Rápido! Voltea a ver tu muñeca y dime qué ves.
Si está vacía posiblemente consultas la hora en tu celular lo que apunta a que las necesidades que cubría tu reloj tradicional dejaron de ser suficientes.
Eso mueve al mundo, la necesidad. No importa si son reales o si las hemos creado nosotros mismos, las necesidades marcan el cambio constante en el que estamos sumergidos y que nos arrastran al ritmo acelerado en el que crece la tecnología. Lo cierto es que la comodidad guía en buena parte el involucramiento de la tecnología a nuestra vida. Esta adaptación del mundo digital a la cotidianidad la vemos muy bien reflejada en los wearables.
Los Wearables se entienden como aquellos dispositivos que se ajustan a nuestro cuerpo y están constantemente interactuando con nosotros y con otros dispositivos, los “vestibles” son cada vez un aparato más requerido por la facilidad con la que se coordinan con los usuarios, a más de ser un gran complemento de otras plataformas y mecanismos.
Los famosos Smartwatchs y bandas que monitorean nuestra salud son hasta el momento los más conocidos por su usabilidad en la rutina y otros como los Google glass crean grandes expectativas en el mercado.
En México el número de internautas alcanzó recientemente los 53.9 millones de usuarios y sabiendo que el 70% de ellos se conecta a la red a través de dispositivos móviles, es importante detenernos a pensar qué necesitan los consumidores y cómo podemos hacer más fácil sus vidas. Aunque en el país sólo el 19% de los usuarios de smartphones tienen un wearable, el 33% de los mismos está pensando en adquirir uno.
Este mercado deseoso de vestir soluciones a la vida diaria son un gran foco de atención para marcas como Adidas, Sony, Nike y Rebook que se apresuraron a desarrollar gadgets que los convierten wearables al involucrarse con nuestro rendimiento y estilo de vida desde nuestros propios cuerpos.
Quizá los wearables más comunes para nosotros son los de estas dos compañías que en su búsqueda por traer el futuro a nuestros días, viven en una batalla constante. El Apple Watch y el Samsung Gear S protagonizaron este año una nueva rivalidad por el mercado. Ya fuera por la variedad de sus diseños, la resistencia que prometen a los consumidores, las aplicaciones con las que cuentan, la conectividad que depende o no de un dispositivo de acompañamiento tan como un teléfono, estas marcas siempre están en disputa. Pero sin duda el rubro más importante a cubrir sigue siendo el costo pues, así como en su momento lo fueron los smartphones, la penetración de estos dispositivos dependerá de la accesibilidad de los usuarios a dichos dispositivos.
Por esto es necesario entender qué quieren nuestros clientes, qué esperan y cómo podemos ayudarlos valiéndonos de estos gigantes tecnológicos que ahora están al alcance de nuestra mano.