15-mayo-2013
Por: EBC
Con motivo del Día del Maestro, la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) dedicó su Rueda de Prensa Simultánea en campus Chiapas, León y Querétaro al tema de la docencia como elemento cohesionador en el mundo globalizado que nos ha tocado vivir, y en ella participaron los maestros Eduardo Campos Hernández (Campus León), Eliseo González Pinto (Campus Chiapas) y Mariana Leticia Ordaz Martínez (Campus Querétaro).
La globalización –definió la maestra Ordaz-consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo, fenómeno que unifica mercados, sociedades y culturas a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que generan un carácter global.
La misma profesora de Campus Querétaro señaló que hoy el aumento de las posibilidades tecnológicas facilita y agiliza la organización de las ideas (y) la búsqueda de la información. Por ello, los profesores debemos exigirnos una amplia preparación, no sólo de los conocimientos tradicionales, sino de las nuevas tecnologías de información, nuevos recursos de comunicación y sobre todo de un conocimiento de vanguardia que esté ligado a la experiencia profesional. La experiencia internacional de un docente da un valor agregado, ya que transmite el deseo por conocer y aceptar las diferentes culturas y a la vez valorar y estar orgullosos de nuestras raíces.
La maestra Ordaz advirtió que la verdadera tarea del maestro de hoy es la construcción de un pensamiento asertivo, crítico y responsable de la información que existe. Enseñar a aprender es una tarea ardua dentro del mundo globalizado y tecnificado, donde a diario hay nuevos avances tecnológicos que demandan que el alumno se autodidacta…
Por su parte, el LCE Eduardo Campos Hernández describió las características del flujo de capital y de información en el siglo XXI:
–El capital fluye de una nación a otra, y como viene, se puede ir a la menor oportunidad de beneficios mayores en otro rincón del mundo. Ya no se realizan operaciones económicas “monetarias” a gran escala; más bien se realizan “transferencias” electrónicas. Los jóvenes de hoy son nativos digitales. Si bien para el año pasado un 45% de la población mexicana tenía acceso a internet –datos de la AMIPCI-, sabemos que ese porcentaje irá en aumento de manera irreversible y acelerada. Con esto queremos afirmar que, si el dinero fluye por el mundo prácticamente sin fronteras, la información corre por el mundo con una velocidad aún mayor.
Estos fenómenos –abundó el experto- han roto el arquetipo tradicional del profesor (…). Ya no caben los maestros que son exclusivamente guardianes del conocimiento, o puerta de entrada exclusiva al saber. Por medio de un teléfono inteligente, o una computadora portátil, los alumnos de hoy pueden tener en sus manos incluso mayores cúmulos de información que los que pudiera proporcionar cualquier profesor. Alumnos sagaces pueden constatar si un catedrático sabe realmente o no sobre determinado tema.
Ante tal escenario, Campos Hernández advierte la urgente necesidad de que los maestros retomen su papel como formadores, como modelos de vida, más allá de su saber académico.
-El compromiso del maestro en una sociedad global –y en cualquier sociedad- va más allá de proporcionar información. Ahora, el maestro ayuda al alumno a que establezca criterios de utilidad y pertinencia sobre toda la información. Eso no lo puede hacer internet. Incluso en la educación virtual o a distancia, necesitamos un asesor al otro lado de la red, que nos dedique tiempo y consejos.
El profesor del siglo XXI –recordó el experto-debe ser un individuo competente más que conocedor. Sabe que la tecnología es un gran recurso, pero solo eso: un recurso. Las utiliza a su favor y no entra en conflicto con su uso. Antes bien, ayuda al alumno a que establezca criterios para que la tecnología no lo aplaste ni engañe. El maestro eficaz en un mundo globalizado ya aprendió a aprender continuamente, y logra que sus estudiantes se inscriban en esa misma tónica.
Para concluir, el maestro Campos citó a Lao-Tse: Si quieres el conocimiento, añade cosas todos los días. Pero si quieres la sabiduría, entonces líbrate de cosas todos los días”.
En Campus Chiapas, el profesor Eliseo González Pinto, propuso recordar y analizar la figura del maestro a lo largo de la historia, desde la Grecia antigua, donde a través de la oratoria se impulsaba a los discípulos a la búsqueda del conocimiento, hasta la actualidad donde el docente se encuentra ante un mundo dominado por la tecnología y la información al alcance de todos.
-En todas las épocas y bajo cualquier corriente pedagógica, el maestro sigue siendo el eje del sistema educativo. Es quien genera el vínculo con los estudiantes, quien los motiva para acceder a determinados conocimientos (…). Los alumnos conocen la Tecnologías de la Comunicación y la Información, incluso dominan su uso en algunos casos mejor que los adultos; pero necesitan que se les guíe y oriente en su uso, por lo que se requiere que el maestro sea creativo para propiciar entornos interactivos que lo ayuden aprender a aprender y que el estudiante sea capaz tanto de trasmitir como de recibir información. El maestro tiene una enorme tarea con la sociedad para hacer posible una mejor convivencia, ya que además de propiciar la adquisición de aprendizajes debe propiciar los valores humanos, así que es fundamental que independientemente su conocimiento el maestro debe educar en el amor, ya que esto permitirá al maestro comprender los sentimientos del estudiante, reconocerlo y aceptarlo tal cual es y no como le gustaría que fuera, pues conociendo sus valores y sus defectos, sus aptitudes y sus carencias podremos potenciar y desarrollar toda su capacidad.
De vuelta con la maestra Mariana Leticia Ordaz Martínez, la experta enlistó una serie de tareas importantes para los profesores del siglo XXI:
- Trabajar de forma creativa y utilizar nuevos recursos.
- Educar para participar.
- Promover el pensamiento creativo.
- Estar al tanto de las nuevas tecnologías, aquellas que motiven el aprendizaje.
- Promover la investigación
Actualmente –concluyó Ordaz Martínez- la labor docente va más allá de transmitir conocimientos, ahora se trata de incentivar un pensamiento creativo y crítico que permita depurar la información disponible. Además, despertar el gusto por la investigación de nuevas fuentes de información que permitan tener una idea global del tema que se trata. Dentro de un mundo globalizado donde negocios se concretan en minutos, transacciones en segundo y todo fluye de una forma vertiginosa, es importante no olvidar el predicar con el ejemplo los valores universales que forman a una persona y la caracterizan por su ética