SEIS PASOS PARA INCREMENTAR SU CALIDAD
Por Luis Cerecedo / TÜV Rheinland México / lcerecedo@mex.tuv.com
Uno de los sectores más importantes dentro de la economía mexicana es la industria automotriz, que en el año 2014 (último reporte de PRO México), representó 17% del Producto Interno Bruto manufacturero de nuestro país.
El sector automotriz y de autopartes en México ha sido impulsado por la presencia productiva de las principales empresas armadoras de vehículos (ligeros y pesados) en el mundo, tales como: General Motos, Ford, FCA (Chrysler), Volkswagen, Nissan, Honda, Mazda, BMW, Toyota, KIA, Volvo y Mercedes-Benz. Según la estadística de Pro México, en total existen en el país 24 complejos productivos en los que se realizan actividades que van desde el ensamble y blindaje, hasta la fundición y el estampado de vehículos y motores.
La mayoría de las empresas armadoras en México cuentan con empresas de autopartes que se localizan alrededor de sus plantas de vehículos para cumplir con las exigencias de proveeduría y tiempos de entrega.
México ofrece a las armadoras una alta capacidad de manufactura, así como diseño y producción de modelos enfocados a los más altos estándares de calidad, comercializados en los mercados de mayor demanda, por ejemplo, dos de las cinco principales plantas productoras de automóviles en Norteamérica son mexicanas: Volkswagen Puebla y Nissan Aguascalientes.
Que la falta de calidad no ponga reversa en la industria
Como indicamos, el desarrollo de la industria automotriz se basa y se enfoca en los más altos estándares de calidad, por lo que no se puede permitir el menor descuido en este punto que pueda dar marcha atrás en la industria que se ha convertido en una de las principales fuentes de empleo del país.
Así como se destaca la relevancia de un sector en crecimiento, existen varios factores que pueden frenar su desarrollo y avance –uno de ellos es el panorama económico que vivimos hoy en día–. Sin embargo, las fallas que corresponden a la manufactura y procesos de armado pueden meter reversa en la producción de automóviles. De acuerdo a reportes de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la producción en mayo de este año fue de 276 mil 508 vehículos, entre autos y camiones ligeros, 3.1% menos que en el mismo período del año pasado. Otro factor a considerar en este decremento, son las certificaciones de los proveedores para las distintas armadoras; para poder apoyarlas, los materiales que proporcionan los proveedores deben pasar por elevados controles de calidad que garanticen el buen funcionamiento una vez ensamblados.
Otro punto importante son los famosos “recalls” o llamados a revisión, los que ocurren cuando los defectos de fabricación obligan a las armadoras a sustraer miles de vehículos del mercado y exponerlos a controles de calidad, con la finalidad de que garanticen la seguridad del usuario, impactando negativamente la imagen de las marcas automotrices.
La normatividad para aseguramiento de la calidad
Con la finalidad de evitar casos de llamados a revisión, o cualquier otro aspecto relacionado con la calidad, existe la norma ISO/TS 16949, diseñada para cumplir con los requisitos del sector automotriz. Esta norma establece los requisitos para implementar un sistema de gestión que permite cumplir con las especificaciones necesarias para el desarrollo de productos, fabricación y en los casos en los que procede, ensamble y mantenimiento del producto. La certificación de dicha normativa aplica sólo al sitio de manufactura, y el cumplimiento con esta norma se enfoca también en la satisfacción del cliente, de tal forma que se genera una base sólida de confianza en las relaciones con sus clientes.
El proceso de certificación ISO/TS 16949 se desarrolla en seis pasos:
- Auditoría preliminar/pre auditoría [opcional]
Los auditores llevan a cabo una auditoría previa para diagnosticar si el sistema de gestión está debidamente implementado y, en su caso, identificar áreas que aún muestren algún incumplimiento con los requisitos del estándar; cabe señalar que esta auditoría no forma parte del proceso formal de certificación.
- Fase 1
A través de una auditoría en sitio, el auditor verifica que el sistema de gestión de la organización esté debidamente desarrollado e implementado y listo para recibir la auditoría de Fase 2.
- Fase 2 – Auditoría de certificación
Un equipo auditor evalúa que el sistema de gestión de calidad cumpla con los requisitos de la norma ISO/TS 16949 y con los requisitos específicos de sus clientes.
- Emisión del certificado
Una vez que todos los criterios de certificación se hayan cumplido, la empresa recibirá el certificado correspondiente, con una validez de 3 años. Este acredita la implementación de su Sistema de Gestión de Calidad y su conformidad con la norma ISO/TS 16949.
- Auditorías de seguimiento
Estas visitas se realizan al menos una vez por año; en estas se evalúa que el sistema de gestión siga cumpliendo con los requisitos del estándar, así como la mejora de los procesos de la organización.
- Renovación de la certificación
Después de los 3 años de validez del certificado, se lleva a cabo una auditoría de renovación, que le permitirá a la organización obtener un nuevo certificado por tres años, lo cual le ayudará en su proceso de mejora continua y demostrar a sus socios y clientes el compromiso a largo plazo con la calidad de sus productos.
La fórmula que garantiza la calidad
La norma ISO/TS 16949 se basa en los requisitos de ISO 9001 además de adicionar requerimientos específicos que demanda el sector automotriz.
La combinación de estándares de calidad para los fabricantes de automóviles y de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés)] en una sola certificación, evita tener que obtener múltiples certificaciones que implican tiempo y recursos. Para los proveedores de componentes para el sector automotriz, la norma ISO/TS 16949 les ayuda a mejorar continuamente su sistema de gestión y la calidad de sus procesos, mediante la optimización de recursos, obteniendo reconocimiento a nivel internacional y como uno de los principales beneficios, aumento en la confianza de los clientes.
Es por medio de organismos certificadores que se puede garantizar la calidad y seguridad, mediante la evaluación de procesos; dicha calidad ha favorecido a la producción de vehículos; hasta mayo de 2016 se han fabricado más de un millón 300 mil unidades, según la AMIA.
ACERCA DEL AUTOR
Luis Cerecedo es Ingeniero en minas y metalurgia por la Universidad Nacional Autónoma de México, testificador e instructor acreditado verificado por distintos organismos. Se ha desempeñado en puestos de gerencia de evaluación de proyectos, consultor e instructor en sistemas de gestión de calidad.
Cuenta con 25 años de experiencia en la evaluación, análisis, interpretación de los estándares de calidad a nivel nacional e internacional. Además, ha impartido cursos acerca de la actualización de distintas normas. Desde 2008 es Director de Operaciones Systems de TÜV Rheinland México, empresa con 20 años de experiencia en México dedicada a la certificación, inspección y verificación de instalaciones técnicas, seguridad de productos y sistemas de gestión.
e-mail: lcerecedo@mex.tuv.com